Mientras la televisión transmitía la liberación del periodista francés Roméo Langlois, en poder de las Farc por más de un mes, el ex presidente Álvaro Uribe se preguntó en Twitter “¿qué hacía en Colombia? ¿Qué relación tenía con Farc?” y sentenció: “Algunos conocimos que usted sabe engañar”.

Antes había tuiteado “Langlois: una cosa es la curiosidad del periodista y otra la identificación con el terrorismo”; y tras la liberación continuó: “Langlois sabe mentir, hoy regresó a la libertad que parece que nunca perdió, pero sí regresó a la mentira que nunca olvidó” y “Langlois sabe engañar, ojalá no engañe más a Colombia, él sabe que yo sé por qué se lo digo”; y ayer volvió a la carga: “Langlois, no nos engañe más, el 50% de las familias colombianas hemos sido víctimas de los terroristas a quienes usted promociona”.

Ayer, en rueda de prensa, Langlois sostuvo que “esos debates bajan el nivel de cosas mucho más importantes” y calificó los epítetos de Uribe como “una farsa de mal gusto” pues, anotó, “no tengo ninguna afinidad con la guerrilla”.

“Esta crítica de Uribe se da mientras soy víctima de la guerrilla durante 33 días, me cogieron de muñeco para hacer política, con el brazo vuelto nada, y me comenzaron a pasear por los campamentos”, dijo Langlois explicando que Uribe y las Farc, cada quien por su lado, hicieron política con su cautiverio: “Mi secuestro, como las palabras de Uribe, son una farsa de mal gusto”.

“Hay mucho odio, pero no quiero entrar en esas políticas en este momento”, precisando que Uribe “me tiene un rencor personal por una pregunta que le hice para un documental”.

Reporteros Sin Fronteras (RSF) criticó ayer a Uribe por tratar de “ensuciar la reputación” de Langlois.

“Condenamos firmemente los tuits lanzados por el ex presidente Uribe”, afirmó en un comunicado la organización, en el que calificó el contenido de esos mensajes como “la injuria más ignominiosa”.