Como era de esperarse, el debate sobre la posibilidad de legalizar el consumo de drogas se prendió en el Congreso, tras las declaraciones de su presidente Juan Manuel Corzo, del Partido Conservador.
Como lo publicó ayer EL NUEVO SIGLO, Corzo coincidió con lo que ha manifestado el presidente Juan Manuel Santos en varias oportunidades de abrir el debate: “Ese es un buen camino internacionalmente; aquellos que tengan problemas de droga, los ciudadanos de ese país, deben ser tratados como enfermos y deben ser tratados para suministrarles o recuperar esas personas”.
Entre quienes se levantaron para cuestionar la posibilidad de legalizar el consumo está el antioqueño Juan Carlos Vélez, del Partido Social de Unidad Nacional (La U): “Por no estar de acuerdo con la legalización no estoy de acuerdo con ese debate, no debe abrirse de ninguna manera. Es supremamente peligroso y legalizar es necesariamente generar más condiciones para que haya más consumo”.
El senador Vélez dijo que hay que apostarle a la prevención más no a la legalización, argumentando que a pesar de que la legalización puede ayudar a disminuir el problema del narcotráfico, aumentaría el consumo en el país, porque se facilitaría el acceso a las drogas por parte de los jóvenes.
Por su parte, el senador Juan Manuel Galán, del Partido Liberal, expresó que “en la medida en la que se sumen a este llamado varias voces, varias instituciones que llamen a abrir el debate para explorar nuevas opciones de política, creo que eso nos va a servir para avanzar y superar esta política prohibicionista de 100 años que ha sido un fracaso para el mundo”.
Galán agregó que en los debates deben discutir es el déficit de información cualitativa y cuantitativa que hay sobre niveles de consumo y su evolución, porque este es un tema que genera estigma social y que en vez de ser juzgado por jueces y policías debe ser tratado por médicos, psicólogos y psiquiatras.
Para la representante Alba Luz Pinilla, del Polo Democrático, la discusión debe ser de carácter nacional, no como lo ha planteado el presidente Santos, quien al hablar de legalización sostuvo hace un par de semanas que “esa solución sería aceptable para Colombia si el mundo entero la toma”.
La congresista dijo que la dinámica que vive Colombia es distinta a la de los demás países teniendo en cuenta que el narcotráfico ha fomentado y financiado la guerra y esa problemática no ocurre en todos los países.
“Hay que dar un debate muy por encima de lo que diga la opinión internacional. No es el querer de la opinión de otros países como dijo el presidente Santos, es el querer de los colombianos. Es un debate que se debe dar al interior de los colombianos”, anotó.
Pinilla se mostró, además, “agradablemente sorprendida” con la postura del senador Corzo y agregó que en el debate se debe tener en cuenta que en la actualidad en Colombia se le está dando trato de criminales a las personas que están consumiendo la dosis personal y se ha olvidado que ese tratamiento debe ser una política de salud pública.
La legisladora aprovechó para pedirle a Corzo que promueva al interior de su bancada la aprobación del proyecto de reforma constitucional que presentó hace poco y que busca que se permita el porte y consumo de estupefacientes o sicotrópicas en su dosis mínima.
La iniciativa también busca establecer tratamientos pedagógicos o terapéuticos con fines preventivos para las personas que consumen este tipo de sustancias, esto como parte de las políticas públicas nacionales de salud mental y además para la reducción del consumo de estupefacientes.
Además el proyecto contempla atención especial de parte del Estado para las personas dependientes y sus familias y asimismo continuar con la cadena de prevención que incluirá campañas que advierten sobre el riesgo que genera el consumo de sustancias sicotrópicas y divulgación de mensajes a favor de la recuperación de personas que han expresado su dependencia.