Que el 33,9% de las áreas del Centro de Atención Médico Integral de Chapinero, CAMI, todavía no ha entrado al servicio de los usuarios, a 18 meses después de la inauguración, denunció la Contraloría de Bogotá.
De acuerdo con el ente de control fiscal, se pudo determinar que a pesar de contar con las obras terminadas desde hace más de dos años, hasta el pasado 23 de abril los servicios de optometría, apoyo cardiovascular y medicina interna no estaban habilitados.
El organismo también denunció que una parte de los equipos adquiridos para su dotación desde hace más de 14 meses se encuentra almacenada sin prestar el servicio requerido. De 3.148 equipos médicos y elementos recibidos, 855 aún se encuentran en esta situación.
Según el Contralor Diego Ardila, este escenario afecta a unos 530 mil habitantes de Chapinero, Barrios Unidos y Teusaquillo, teniendo en cuenta que las inversiones no están cumpliendo en su totalidad con el fin social esperado. “En el área de hospitalización, por ejemplo, hay 31 camas que no están cumpliendo con su objetivo porque no se han puesto en funcionamiento. Eso y no tenerlas da prácticamente igual”, dijo.