Restricciones migratorias en Cuba acaban tras medio siglo | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Enero de 2013

Jorge sueña con visitar a su padre en Estados Unidos, Silvia a unos amigos en México y Sergio con ir a París: los cubanos echan a volar sus sueños ante la entrada en vigor el lunes de una reforma migratoria que les permitirá viajar libremente por primera vez en medio siglo.

"Quiero ir a visitar a mi papá que vive en Estados Unidos hace 20 años y a conocer a mis hermanos, y quiero hacerlo este año antes de iniciar mis estudios de medicina", declaró a la AFP Jorge Lara, de 20 años, a la salida de una oficina de migración de La Habana, donde obtuvo su primer pasaporte.

La microbióloga Silvia Guillermo también hace planes para visitar antes de que concluya 2013 "a unas amistades en México", pues la reforma migratoria autoriza a los médicos y otro profesionales de la salud a viajar al exterior sin permiso oficial, a diferencia de lo que sucedía hasta ahora.

"Es maravilloso que ya podamos viajar, porque hasta ahora teníamos que pedir una autorización del ministro (de Salud) que podía tardar de uno a tres años", explicó la mujer, al subrayar que planea un viaje turístico y regresar a la isla, descartando la posibilidad de buscar un trabajo en México.

En cambio, Sergio Fernández, un informático de 29 años, se dice "escéptico sobre la reforma", a la que califica como "un espejismo" para la "mayoría de los cubanos", que "no tendrán posibilidades reales de viajar a ninguna parte".

"Quisiera ir a París, conocer la torre Eiffel, pero qué posibilidades reales tengo. Cualquier cubano que viva del fruto de su trabajo, como yo, no podrá", se lamentó Fernández.

Desde que el gobierno de Raúl Castro anunció el 16 de octubre la reforma migratoria que entrará en vigor el lunes, el tema no ha dejado de ser la comidilla de los cubanos. Incluso algunos, pese a no tener planes inmediatos de viaje, se apresuraron a gestionar el pasaporte para ahorrarse 50 dólares, pues el gobierno duplicó el precio del documento, que ahora valdrá 100 dólares.

La reforma elimina el odiado permiso de salida y la carta de invitación (de alguien en el exterior), dos de las principales restricciones en vigor desde hace décadas. Incluso con invitación, el permiso (que fue instituido en 1961) podía ser negado sin explicaciones.

Obtener el permiso no sólo era engorroso, sino también caro, puesto que requerían un desembolso de hasta 350 dólares, en un país donde el salario promedio equivale a 20 dólares mensuales.

"Me encantaría volver a viajar, pero el dinero que ganó apenas me da para mantener a mi familia", dijo a la AFP Juan Dusat, un vendedor ambulante de productos agrícolas, que salió de la isla por única vez en los años 80 para "cumplir una misión internacionalista" militar en Angola.

A pesar de la apertura, los especialistas no esperan una estampida de viajeros, pues además de disponer del dinero para pagar los trámites y el boleto aéreo, los cubanos deben obtener visa y cumplir diversos requisitos exigidos por los países receptores.

El académico Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, dijo a la AFP que piensa que a partir del lunes "va a aumentar el número de solicitudes para obtener un pasaporte" o una "visa", y también "la rigurosidad por parte de los países receptores".

"Llame el 14 de enero y se le explicará" qué requisitos hay para viajar a Ecuador, dijo a la AFP por teléfono un funcionario del consulado de Quito en La Habana. Ecuador hasta ahora era el único país de América Latina que no exigía visa a los cubanos.

Cuba mantiene convenios de exención de visados con una quincena de países, básicamente del antiguo bloque comunista o pequeñas islas del Caribe, pero hacia esos países "no va el emigrante cubano", destacó Aja.

La nueva ley migratoria, que también beneficia a casi dos millones de emigrados cubanos y sus descendientes para que visiten la isla, forma parte de las reformas del presidente Raúl Castro de eliminar las "prohibiciones excesivas" que pesaban sobre la población, como las que impidieron a los cubanos durante medio siglo la compraventa de casas y autos, u hospedarse en hoteles, ya levantadas.

AFP