A pesar de más de medio año de haber entrado en vigor y que en dos meses está fijado el final de su tiempo de aplicación, siguen las voces pidiéndole a la Alcaldía de Medellín y a los otros burgomaestres del Área Metropolitana levantar la restricción al parrillero hombre en moto.
La medida fue implementada por la administración del alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, y sus homólogos del Área Metropolitana, con la intención de frenar la criminalidad en materia de sicariato y fleteo, entre otros, que las autoridades asocian con el pasajero en este tipo de vehículos.
Sin embargo, los usuarios de las motocicletas consideran que es una medida que los está afectando por no poder llevar pasajero, ni siquiera a sus hijos menores, y además discriminatoria porque la delincuencia no solamente se vale de estos vehículos para hacer fechorías.
Por su parte, el alcalde Gaviria defiende los logros de esta restricción. Hace unas semanas señaló que “los resultados de la medida han sido ampliamente positivos en los aspectos propuestos desde un comienzo, mejorando la seguridad para la ciudad”. Añadió que “ha habido una disminución en delitos de impacto como el hurto de motos, de carros y el homicidio, todos cometidos desde moto con parrillero. Adicionalmente ha habido una disminución en la accidentalidad donde se ven involucradas motos con parrilleros”.
No obstante, en el Concejo de la ciudad también ya son varias las voces que se suman a los motociclistas en su reclamo, aunque su motivo es otro: los resultados de la restricción consideran no han sido los esperados.
Como lo señala el cabildante Roberto Cardona Álvarez, quien dijo que “he venido insistiendo desde el Concejo de Medellín que es necesario abolir la restricción del parrillero hombre si esta medida no da resultados contundentes en materia de seguridad, que fue su principal propósito cuando se adoptó en diciembre por los alcaldes metropolitanos”.
El Concejal aseguró que por las vías de Medellín se movilizan unas 500.000 motocicletas, de las cuales el 0,04%, es decir sólo unas 200, son utilizadas por la delincuencia para sus actividades criminales.