Responsabilidad y ética periodística al tablero | El Nuevo Siglo
Domingo, 21 de Febrero de 2016

La semana que termina estuvo marcada por la publicación de un video y la posterior renuncia de la directora del medio que lo hizo. La periodista María Teresa Herrán y Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano hablaron al respecto con EL NUEVO SIGLO

 

Preguntas

1.  ¿Qué lecciones debe sacar el periodismo de los hechos de esta semana relacionados con la publicación del video de temática sexual en que aparecen un entonces senador y un integrante policial?

 

2.  ¿Cuál debe ser ese límite entre la intimidad y lo que es pertinente publicar?

 

3.  ¿En la renuncia de Vicky Dávila, influyó el pronunciamiento presidencial sobre si era “buen periodismo” la publicación de esa clase de videos?

 

4.  ¿Debe reglarse por ley esta clase de situaciones de índole periodística, dado que los propios periodistas se dividieron en torno a lo que pasó?

 

5.  ¿Qué consecuencias hacia adelante traerá este caso en relación con el papel de denuncia de los medios?

 

6. ¿Necesitará Colombia, como existe en otros países, un tribunal de ética periodística? 

 

Uno es periodista cuando ejerce el oficio: Herrán

1.  La lección es que debemos evitar debates inútiles centrados en cuestiones que no son las principales como el caso del video.

 

Allí, lo del video no era lo principal y se volvió lo principal, en un caso que es muy grave y muy importante desde el punto de vista de la periodista, y no por antifeminismo ni ninguna otra razón, ni quiero satanizar a la directora que fue renunciada.

 

Creo que el tema plantea interrogantes, no solamente sobre el error de criterio de ella, evidente, al transmitir el video, sino sobre todo cómo la sacaron de RCN, un canal oligopólico, que finalmente la dejó afuera sin ningún debate y sin darle ninguna explicación.

 

Pienso que hay lecciones para todo el mundo. También hay lecciones tanto para el Ministro de Defensa, como para el Procurador, en el sentido de que en ambos casos lo que no se hizo desde el punto de vista institucional se termina aceptando desde el punto del espectáculo. El uno, el Procurador, en una rueda de prensa convocada en la cual lanza el tema del video, motivando el caso contrario que se esperaba, que todo el mundo quiso ver el video, y los periodistas se sintieron avalados para su publicación, aunque algunos lo tenían desde hace algunos meses. Por el otro lado, el Ministro de Defensa, quien acepta que sí hubo unos problemas desde hace mucho tiempo, lo cual recalca que hay una situación grave que no fue atendida.

 

2.  En cada caso, el periodista debe hacer un análisis no solamente del video en sí, sino del posible impacto que se puede causar a terceros.

 

En este caso, evidentemente el video en sí no era una prueba, ni prueba reina como se presentó. Es una conversación privada entre dos personas, en la cual hay una relación. El uno quiere llevar al otro a decir cosas. Eso vicia de entrada el video.

 

Por el otro lado, el impacto que es evidente. Un impacto negativo en personas que no tenían por qué sufrir esa hazaña mediática, que son por ejemplo los hijos del involucrado.

Ahí entonces la reflexión ética se debe hacer sobre todo en las salas de redacción.

 

Algunos directores de medios que son bastante egocentristas toman decisiones a veces emocionales, que deberían tomar en un debate interno, con los pros y los contras, en los consejos de redacción. Me parece que el reportero raso está siendo muy ignorado por algunos directores que creen tener la razón suficiente y el criterio para tomar decisiones.

 

3.  Sin duda influyó. Y hay razones de pronto de poder, de estructuras de poder, de relación de RCN y la Presidencia que habría que analizar con cuidado.

 

Pero me parece que lo contrario también sucedió: solo fue cuando el Presidente cuestionó y se autollamó periodista, que no lo es (porque creo que uno es periodista cuando ejerce el oficio de periodista), al dar esas declaraciones es tal la dependencia de la Presidencia que un montón de medios empezaron a hablar del tema.

 

Me parece que tanto las instituciones deben ser menos dependientes del espectáculo, como también los periodistas deben ser menos dependientes de las instituciones.

 

4.  Cuando hay un caso ético, siempre se está pensando de manera errónea en que se va a solucionar el problema ético con un proyecto de ley.

 

Creo que lo que falta mucho en nuestro país es un sentido del deber ético que va mucho más allá de las normas jurídicas y que exige una responsabilidad social que debe concretarse, en el caso del periodismo, con debates internos con impacto en el interés general que está en juego y que debe ser prioritario.

 

5. Creo que no va a traer muchas consecuencias, porque muchas veces son los propios medios y los periodistas quienes van un poco a eludir el debate ético, que va mucho más allá de lo que ha pasado en la Policía y que debe llevar un debate interno sobre la responsabilidad del periodismo, en una época en que vemos que cada día más hay polarización y cada día más se nutre de morbo a las audiencias en el caso audiovisual. Y esa manera de alimentar el morbo lleva a que no se debatan los problemas de fondo.

 

6. Creo que no, porque de hecho el CPB tiene su comité de ética. Es decir, en eso lo que se ha demostrado es que la ética es un estado de ánimo.

 

Lo que creo es que debe haber una mayor responsabilidad social por parte de los directores de medios, de los periodistas, como de los dueños.

         

 

La discusión ética periodística no ha perdido vigencia: Abello

 

1. Me parece que la principal lección es la relevancia de la reflexión y la discusión ética periodística no ha perdido vigencia.

 

La ética periodística es una brújula para guiarnos en la toma de decisiones editoriales en momentos en que hay toda clase de opciones, porque entre otras cosas esas opciones se han multiplicado con las plataformas, medios digitales, con las redes sociales.

 

Lo que creo es que en un contexto en que crece la complejidad y que crece el tráfico de versiones, lo que debemos es darnos cuenta de que es necesario anteponer la prudencia, el cuidado, el respeto y la reflexión, y no el apresuramiento, la toma de riesgos que muchas veces tienen que ver con la búsqueda de audiencia o con el empeño de demostrar algo por medio de múltiples recursos. Como ocurrió en el caso del video, en el que aparentemente tratando de referirse a redes de corrupción de la policía muestra un video que no exactamente estaba relacionado, pero que podría tener algunas relaciones. Se publicó y todo el mundo lo consideró como equivocado.

 

Lo otro que me preocupa es que los errores que se cometen en el periodismo no hay que tratar de minimizarlos, pero tampoco es justo el matoneo por medio de las redes sociales.

 

2. Es un límite difícil y en el que se tiene que analizar caso por caso. Pero lo que creo es que en el caso de funcionarios públicos, personas con responsabilidades públicas o políticas, hay que mirar si esa condición independientemente de que el contexto sea de intimidad, si esa condición está siendo usada indebidamente para obtener algún tipo de beneficio.

 

Como digo, el límite hay que analizarlo caso por caso; pero la mejor regla es la de uno abstenerse, como ocurre también con la tendencia a culpar sin tener suficientes argumentos.

 

3. No lo sé. Francamente es una pregunta que no puedo contestar porque no tengo los elementos de juicio para afirmarlo o no.

 

4. Claro que no. Lo que necesitamos es darnos cuenta que estos retos, estos desafíos se van a multiplicar.

Los escenarios de las redes y las plataformas digitales, las facilidades de toma de imágenes por videos, muchas veces ocultos a veces en cámaras de vigilancia o en el caso de operaciones, como se trató en este caso, de alguien que lo hizo allí violando el derecho de la otra persona a su intimidad porque estaba siendo espiada con una cámara de video oculta, sin que lo supiera.

 

Pero más allá de eso, lo que yo veo es que en estos casos lo más probable es que se multipliquen. Y se van a multiplicar más porque no solo van a poner a circular esa información los periodistas, sino mucha gente que tiene hoy en día acceso directo y poder comunicacional gracias a las redes sociales.

Lo que necesitamos es trabajarle a una educación del buen uso de estas herramientas tecnológicas e insistir en los valores, tanto en lo público como en el periodismo, como en el nivel ciudadano. Y a aparte de eso, afinar los elementos de la justicia ordinaria para que las personas que se vean injustamente afectadas, que sufren daño y que puedan demostrar que hubo dolo, mala fe en el manejo de su caso por parte de un periodista que haya puesto a circular y más en su contra, pueda obtener por la vía judicial la reparación a

que tenga derecho.

 

Lo que descarto es la reglamentación. Eso no va a solucionar. Lo que necesitamos es mantener vivo el debate ético.

 

5. Espero que sirva para que actúe con más cuidado. En todo caso espero que sirva de estímulo para la reflexión en el debate ético, en el que la Fundación del Nuevo Periodismo Iberoamericano propone por medio de la red de ética. Así como el consultorio ético en línea, que maneja Javier Darío Restrepo, en que creemos que coge una gran relevancia, porque otra vez la ética está sobre el tapete, que hay que tenerla tan presente como la reflexión.

Ojalá que la consecuencia sea pedagógica. E insisto en que esa pedagogía no se limite a profesionales, sino que trascienda al ámbito ciudadano y a la esfera pública.

6. La palabra tribunal es engañosa. En todo caso, los sistemas de autorregulación para propender por la ética periodística son justificados en el ámbito de las organizaciones periodísticas y en el ámbito profesional.

 

Creo que hay experiencias buenas en ese sentido. Y la única experiencia que no ha tenido éxito son los tribunales impuestos por ley. Pero todo lo que hagamos por la transparencia, por la pedagogía, me parece que es un esfuerzo que tiene resultados positivos para el periodismo.