Con un monosílabo dicho de mala gana, el senador Bernie Sanders admitió el viernes que votará por su contrincante Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, aunque no dictaminó con ello el final de su campaña por una "revolución política".
"Sí", respondió a la cadena MSNBC a la pregunta de si iba a votar por Clinton, que lo venció en las primarias demócratas y debería ser nominada como la candidata oficial del partido en julio en la convención de Filadelfia.
Ella será la que enfrente en noviembre al republicano Donald Trump.
"Pienso que la cuestión ahora es que haré todo lo que pueda para derrotar a Donald Trump", dijo Sanders, insistiendo en sus críticas al candidato republicano que ha hecho de "la intolerancia" la "piedra angular" de su campaña.
Pero el senador de 74 años, que ha cosechado 13 millones de votos en las primarias demócratas y unos 1.900 delegados para la convención, aclaró que no tenía la intención de suspender su campaña.
"¿Por qué habría de hacerlo?", dijo unas horas antes de un nuevo mitin en Siracusa, en el estado de Nueva York.
Mucho más a la izquierda que su rival, Sanders explicó que estaba negociando con la campaña de Clinton para lograr "el mejor programa posible" para el partido en la convención demócrata.
"Quiero estar seguro de que el Partido Demócrata se convierta en un partido que representa a la gente trabajadora, no a Wall Street", insistió este hombre conocido por arremeter contra los mercados financieros, el "establishment" y la desigualdad.
- "Transformar el país" -
Sanders, que sedujo a los votantes más jóvenes durante su campaña predicando una "revolución política", ha estado muy activo en los últimos días dando entrevistas de televisión y con la celebración de un mitin la noche del jueves en Nueva York ante eufóricos simpatizantes.
El viernes declaró a la cadena CBS que no estaba oficialmente declarando su apoyo a Clinton "porque no la he escuchado decir las cosas que, en mi opinión, tienen que decirse". Entre ellas, mencionó la universidad pública gratuita para todos, el salario mínimo de 15 dólares y el acceso universal a la salud, tres temas machacados durante toda su campaña.
La noche del jueves, durante un discurso de más de una hora y media en Nueva York, no mencionó ni una vez el nombre de Hillary Clinton.
"Nuestro objetivo desde el primer día ha sido transformar el país, y es la lucha que vamos a seguir", dijo Sanders, que habló de "revitalizar la democracia estadounidense" e invitó a su público, en su mayoría jóvenes, a involucrarse en la política.
Se puede "vencer al establishment (...) y eso es lo que nos corresponde hacer", sostuvo. "No hemos hecho más que empezar", agregó, y dijo estar convencido de que un día sus ideas ganarán.
Senador "social-demócrata" del pequeño estado de Vermont (noreste), Bernie Sanders resultó ser toda una sorpresa en esta campaña presidencial, tanto como Donald Trump del lado republicano. Poco conocido, no especialmente carismático, comenzó sin un centavo y los expertos anunciaron su rápida eliminación.
Pero fue un oponente mucho más duro de lo previsto para la ex secretaria de Estado, que atrae a grandes multitudes en sus mítines, al punto que solo pudo cantar victoria en la última jornada de las primarias.
Él mismo confesó haberse visto sorprendido por su éxito./AFP