Los sudafricanos esperaban este miércoles con resignación la muerte de Nelson Mandela, de 94 años, un ícono mundial de la lucha contra el racismo que sigue ingresado en un hospital de Pretoria en estado muy grave.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, volvió a repetir este miércoles que Mandela sigue en estado crítico. "Mientras sigue en estado crítico, tenemos que seguir pensando en él y en su familia y rezar a cada minuto", dijo Zuma.
La prensa local indicó, sin citar fuentes, que el premio Nobel de la Paz de 1993 ya no puede respirar sin ayuda, una información que el portavoz de la presidencia, Mac Maharaj, calificó de "rumor".
El miércoles, el diario popular Daily Sun tituló a toda página "La lucha final". Lucha ('struggle' en inglés) era la palabra que designaba el combate contra el apartheid, el sistema de segregación racial contra el cual Mandela luchó toda su vida.
El estado de salud de Nelson Mandela empeoró durante el fin de semana. El pasado 8 de junio fue ingresado de urgencia tras una recaída de la infección pulmonar que sufre desde hace dos años y medio, consecuencia de sus años de prisión bajo el apartheid.
Delante la puerta del hospital Mediclinic Heart Hospital de Pretoria, donde Mandela se encuentra internado, centenares de periodistas asistían al desfile incesante de los sudafricanos que quieren rendirle un último homenaje.
"Es triste pero no se puede hacer nada salvo desearle que repose en paz", dice Franz, un padre de familia lloroso que acudió con sus hijos.
Al igual que él, muchos sudafricanos llegan al hospital, dejan un recuerdo -flores, globos, banderas, o fotos entre otros- y, después de leer los mensajes que deja la gente, siguen su camino.
"Que tu bendición repose en Madiba ahora y para siempre. Dale, te lo rogamos, una noche tranquila y un buen, perfecto final", dijo el reverendo Thabo Makgoba, llegado para apoyar a la familia en la clínica de Pretoria.
Madiba es el nombre de clan utilizado afectuosamente en Sudáfrica para designar al exjefe de Estado, ícono mundial de la reconciliación racial.
En los últimos días se han multiplicado las visitas al hospital, entre ellas la de algunos ministros y de exjefes de Estado sudafricanos.
El presidente estadounidense, Barack Obama, salió este miércoles de Washington para su primera gira africana desde su llegada a la Casa Blanca, que estará marcada por la sombra de Nelson Mandela.
"Temas delicados"
Los ancianos del clan real de los thembus, al que pertenece Mandela, también tenían previsto visitarlo este miércoles, según el periódico The Times. "Quieren visitar a Tata ["padre", una apelación respetuosa] y ver lo que hay que hacer", dijo al periódico un jefe tradicional, explicando que la delegación tendría que hablar de "temas delicados".
Los thembus son una rama de los xhosas, un pueblo de la actual provincia del Cabo oriental (sur) de donde es originario el expresidente.
Esta visita fue decidida durante una reunión familiar el martes en Qunu (sur), el pueblo donde Mandela dice haber pasado los mejores años de su infancia y donde quiere ser enterrado.
La reunión fue organizada por la hija mayor de Mandela, Makaziwe, y varios de sus nietos en la localidad de Qunu, donde Madiba se hizo construir una casa después de ser liberado de sus años de cárcel.
Oficialmente Mandela debe ser enterrado en Qunu, pero existen divergencias dentro de la familia. "Mi familia está aquí y quisiera ser enterrado aquí, en la casa", había declarado Mandela en 2003.
Sin embargo, algunos allegados prefieren que sea enterrado en Mvezo, su aldea natal, a unos 40 km de Qunu y a la cual se accede por un camino de tierra.
La prensa sudafricana aseguró este miércoles haber visto una excavadora en Qunu y a varias personas trabajando en una colina cercana a la casa de Mandela, en lo que podría ser su tumba.
Considerado en la década de 1960 como un terrorista, Nelson Mandela pasó 27 años en prisión, 18 de ellos en la isla-cárcel de Robben Island, frente a Ciudad del Cabo, donde Obama tiene previsto hacer una visita de homenaje.
Liberado en 1990, Mandela fue entre 1994 y 1999 el primer presidente negro de su país, un dirigente de consenso que supo ganarse el corazón de la minoría blanca, cuya opresión había combatido.
En 1993 recibió el Premio Nobel de la Paz con el último presidente del régimen del apartheid, Frederik de Klerk, por su papel en la instauración de una democracia multirracial en Sudáfrica.
Mandela se retiró de la vida política hace casi diez años. Sus compatriotas lo llaman el "padre de la Nación" y en el extranjero es símbolo de paz y perdón.
AFP.