Un comerciante colombiano que había sido secuestrado luego de convencerlo para que se desplazara de Maicao (Guajira) y a Caracas, capital de Venezuela, fue liberado por la presión los investigadores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía.
El 20 de mayo, el liberado comerciante llamó a su esposa para que le girara 4 millones de pesos; pero su esposa dudó sobre esta solicitud y no le envió el dinero. Más tarde, un hombre que se identificó como El Negro le llamó y exigió la entrega del dinero porque su esposo se encontraba secuestrado.
Por la liberación del comerciante, los plagiarios estaban exigiendo 130 millones de pesos. En una operación en la cual intervinieron la Oficina de Asuntos Internacionales de la Fiscalía, el grupo Gaula Cundinamarca del Ejército y el Grupo contra el Secuestro y la Extorsión de la Guardia Civil venezolana, se alcanzó la liberación del comerciante.
Mientras la Oficina de Relaciones Internacionales coordinaba con las autoridades venezolanas, miembros del Grupo Investigativo contra el Secuestro y la Extorsión del CTI y del Gaula viajaron a Cúcuta para coordinar y asesorar los contactos entre la familia del plagiado con los delincuentes.
Luego de las coordinaciones respectivas, la liberación se produjo en zona fronteriza de Colombia y Venezuela.