El crecimiento es la clave para superar la crisis en la zona euro, aseguró el presidente francés, François Hollande, durante una visita a Grecia.
Recibido en Atenas como un "amigo", cuatro meses después de la canciller alemana, Ángela Merkel, que fue abucheada en las calles, Hollande elogió los "esfuerzos considerables" de los griegos para sanear sus finanzas y realizar reformas estructurales.
"La permanencia de Grecia en la zona euro es un hecho (...) y debe recibir el apoyo de toda Europa", dijo, al lado del primer ministro griego, Antonis Samaras.
"Tenemos que conseguir que se vuelva a crecer y crear empleo. En Europa necesitamos más crecimiento. Es así como podremos lograr nuestros objetivos de reducir los déficits públicos", dijo Hollande.
El presidente francés reconoció que las previsiones de crecimiento del PIB de Francia para este año serán revisadas a la baja.
"Actualmente, todo el mundo sabe que no lograremos crecer el 0,8% previsto", dijo Hollande y anunció que a finales de marzo se establecerá la nueva meta. Su ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, ha anunciado por su parte que la economía crecerá "en torno al 0,2-0,3%".
No obstante, Hollande recordó que "no estamos en la misma situación que Grecia que vive su 6º año de recesión y cuya producción nacional ha caído un 25%" en este periodo.
Pese a su bajo crecimiento Francia, dijo Hollande, "está en la situación menos mala" en Europa.
Hollande aprovechó su visita a Grecia para animar a los empresarios franceses a que contribuyan a la recuperación del país heleno y participen en el ambicioso programa de privatizaciones que le han impuesto sus acreedores, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de ayuda financiera.
Al frente del gobierno de coalición con los socialistas y la izquierda moderada, Samaras agradeció por su parte a su invitado el apoyo de París cuando mercados y los europeos predecían que Grecia saldría del euro.
"Francia nos apoyó a permanecer en Europa y nos apoya ahora para que nosotros y Europa salgamos de la crisis", dijo Samaras, quien abogó, con la vista puesta en la presidencia griega de la UE en el primer semestre de 2014, por "nuevas iniciativas a favor del crecimiento y de la lucha contra el desempleo".
Los expertos de la Unión Europea, del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional sopesan las consecuencias de una quiebra de Chipre si la isla no recibe una ayuda financiera internacional, escribió el diario alemán Bild.
"Expertos de la troika calculan, en particular presionados por Berlín, las consecuencias financieras de una bancarrota chipriota", escribe el diario más leído de Europa, sin citar fuentes.
Grecia sería el país más afectado, a través de la quiebra de los principales bancos chipriotas que poseen una red de sucursales en ese país y donde están depositadas un 10% de las economías griegas.
"Los bancos de los demás países de la zona euro no se verían afectados", asegura Bild.
Chipre solicitó en junio una ayuda europea, luego de que sus dos principales bancos, muy expuestos a la crisis griega, solicitaran asistencia al gobierno.
El lunes, los ministros de Finanzas de la zona euro reunidos en Bruselas habían postergado la decisión sobre la ayuda a Chipre hasta después de la elección presidencial, cuya primera vuelta ya se desarrolló.
El conjunto de las necesidades de Chipre está estimado en 17.000 millones de euros. A pedido de la troika, la isla adoptó una serie de medidas de ajuste para reducir sus gastos que representan el 7,25% del Producto Interno Bruto sobre 4 años.
Sin embargo, según informaciones del Frankfurter Allgemeine Zeitung del sábado, las necesidades de financiamiento de los bancos chipriotas, inicialmente estimadas en 10.000 millones de euros, podrían ser finalmente sensiblemente inferiores.