El candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, y sus aliados coordinan sus ataques a la política exterior del presidente Barack Obama, buscando aprovechar una fisura, antes del primer debate televisado hacia las elecciones de noviembre, el miércoles.
Romney acusó a Obama de pasividad frente a la "vorágine" de violencia que agita a Medio Oriente y que afecta a Estados Unidos.
"Nuestro país parece estar a merced de los acontecimientos en lugar de dirigirlos", escribió Mitt Romney en una columna de opinión para el diario The Wall Street Journal.
"Y es peligroso. Si Medio Oriente se hunde en el caos, si Irán va en camino (obtener una bomba) nuclear, o si la seguridad de Israel es afectada, Estados Unidos podría verse arrastrado hacia la vorágine", explicó el candidato republicano.
Tras una campaña centrada principalmente en los asuntos económicos, Romney evoca cada vez más a menudo en sus intervenciones la política exterior, percibida como un punto fuerte del presidente, afirmando que existe un debilitamiento del poder estadounidense en el mundo tras los recientes episodios de violencia antinorteamericana en varios países árabes.
El candidato republicano ha reforzado el argumento de que la campaña de Obama ha restado importancia a la mortífera violencia en Medio Oriente y advirtió que la situación externa ha "aumentado la perspectiva de un conflicto y la inestabilidad".
El programa nuclear iraní también es frecuentemente citado por Romney, quien reprocha a Obama no haberse reunido con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Nueva York, la semana pasada al margen de la Asamblea General de la ONU.
"Cuando decimos que un Irán con armas nucleares es inaceptable, al igual que la inestabilidad regional que lo acompañaría, es necesario obligar a los ayatolás a que nos crean", afirmó Romney.
Ambos candidatos se enfrentarán el miércoles próximo en el primero de los tres debates previstos antes de las elecciones del 6 de noviembre.
Obama "no entiende que una política estadounidense que carece de determinación puede provocar la agresión y fomentar el desorden", escribió Romney.
"No estamos en movimiento (ante los acontecimientos en Medio Oriente) en el sentido de proteger a nuestra gente o a nuestros aliados. Y eso es peligroso" , opinó el rival de Obama.
Como Romney viajó a Denver (Colorado, oeste) para el primero de los debates con el presidente, alistó a su compañero de fórmula, Paul Ryan, para continuar con el bombardeo a la política exterior de Obama, sobre todo en Afganistán.
Ryan dijo que la Casa Blanca adoptó una "decisión política" para repatriar a 22.000 soldados en septiembre, apenas unas semanas antes de las elecciones del 6 de noviembre, una decisión que, advirtió, expondría al resto de las fuerzas estadounidenses a mayor peligro.
"Todavía están luchando", dijo Ryan a la presentadora conservadora del 'talkshow' radial, Laura Ingraham.
"Nunca pondríamos la política por delante de lo que nuestros comandantes dicen que es necesario hacer para cumplir la tarea y mantener a nuestros soldados lo más seguros posibles cuando están sosteniendo esta guerra", dijo.
El domingo Ryan reveló que Romney estaría planeando efectuar en breve un importante discurso sobre política exterior.