Los republicanos ganaron la mayoría en el Senado el martes y continuarán controlando el conjunto del Congreso estadounidense, en el que el presidente electo Donald Trump podrá apoyarse, destacan varios medios.
Controlando la Casa Blanca y el poder legislativo, los republicanos tendrán la capacidad de anular las reformas del presidente Barack Obama y principalmente su controvertido programa de seguro de salud bautizado "Obamacare".
El control del Senado, que se suma al de la Cámara de Representantes, les permitirá además controlar el proceso de nominación de los más altos funcionarios gubernamentales y de los jueces de la Corte Suprema.
El Senado, un tercio del cual fue renovado el martes, (34 miembros), había oscilado hacia el campo republicano en 2014, limitando considerablemente el margen de maniobra del presidente Obama.
Reelecto Rubio
Entre tanto, el exprecandidato republicano a la Casa Blanca, Marco Rubio, de origen cubano, ganó la reelección al Senado por Florida, según canales de televisión estadounidenses.
Elegido por primera vez en el Senado en 2010, el dirigente de origen cubano de 45 años derrotó al representante demócrata Patrick Murphy, un defensor de causas medioambientales que no consiguió hacer sonar su nombre.
El senador no se ha pronunciado aún a través de su equipo de campaña ni las redes sociales.
El exgobernador de Florida, Jeb Bush -hermano de George W.-, saludó a su correligionario en Twitter.
"Felicidades por esta gran victoria, @marcorubio! Florida Es clave para mantener el Senado", escribió.
La victoria de Rubio en Florida era de esperarse, gracias su gran tracción entre los latinos y los blancos conservadores del norte del estado. Murphy, además, enfrentó un escándalo respecto a sus retocadas credenciales académicas.
Rubio, quien habla perfecto español, se retiró en marzo de las primarias republicanas tras una humillante derrota en su estado frente a Donald Trump, quien llamaba a su competidor "pequeño Marco" y se burlaba de su abundante sudor.
A pesar de la telenovelesca carrera de insultos que empañó las primarias, Rubio apoyó al candidato republicano desde que decidió a última hora buscar su reelección como senador por Florida para defender la mayoría republicana en la cámara alta.
Su decisión fue muy polémica, sobre todo después de que otros prominentes republicanos sí se desligaron de Trump, pero mostró sus frutos.
"En la política uno tiene que tragar muchos sapos. Fue más que embarazosa su relación con Trump en la elección primaria y ahora también es embarazoso para él tener que apoyarlo", dijo Eduardo Gamarra, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de Florida.
Y solamente el voto hispano -que lo apoyaba incondicionalmente- no era suficiente para ganar. Necesitaba el voto blanco conservador del norte de Florida.
Por eso, con esta estrategia considerada indigna por sus detractores, Rubio consiguió seducir tanto a sus fieles hispanos como a los blancos republicanos que eligieron a Trump.