Las pocas diferencias en materia de política exterior y la repetición de lo que han expresado a lo largo de la intensa campaña electoral hicieron que anoche –el tercer y último- no se verificara un verdadero debate entre el presidente que busca la reelección, Barack Obama y su retador republicano, Mitt Romney y por lo tanto no se prevé que tenga incidencia en las encuestas donde persiste un empate técnico.
En el esperado cara a cara verificado en la Universidad Lynn de Boca Ratón, Florida, los candidatos a la Casa Blanca coincidieron en señalar que Estados Unidos debe reafirmar su liderazgo en el mundo, trabajar de la mano con sus aliados o países amigos y que la vía militar debe ser la última opción frente a crecientes amenazas, como el caso de Irán.
Como era de esperarse, el presidente Barack Obama defendió la política desarrollada durante sus últimos cuatro años desde el Salón Oval de la Casa Blanca y resaltó que cumplió al poner fin a la guerra en Irak, fijar un cronograma para el retiro progresivo de Afganistán y la ofensiva contra el terrorismo que tuvo como gran logro la ubicación y muerte del líder de Al Qaida, Osama Bin Laden.
Habló como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, claro y sereno para transmitir la imagen de liderazgo que le es inherente a ocupar la presidencia de Estados Unidos y fue por ello que muchos analistas políticos lo dieron anoche como el ganador del cara a cara con Romney, quien sin embargo fue claro y concreto durante su intervención y el único que –como en ocasiones anteriores- se refirió a América Latina, región que considera clave para la reactivación económica norteamericana.
En la línea de las diferencias, Obama y Romney propusieron sendas diferentes en varios aspectos de la política exterior estadounidense ya que mientras el demócrata se ratificó a favor de alianzas como en los últimos cuatro años, el republicano propugnó por un renovado poderío, pero dijo que Estados Unidos no puede ser fuerte si no logra superar la crisis económica.
En momentos en que las encuestas los muestran cabeza a cabeza a dos semanas de las elecciones del 6 de noviembre, Romney y Obama se acusaron mutuamente de inexactitudes a lo largo de la campaña y rivalizaron en exhibir dureza respecto a Irán y amistad con Israel.
Medio Oriente ocupó buena parte del duelo de 90 minutos.
“Lo felicito por haber eliminado a Osama Bin Laden y perseguir a los líderes de Al Qaida, pero no saldremos de este caos sólo matando”, advirtió Romney.
“Cada vez que usted ha opinado, se equivocó”, le replicó Obama.
“Gobernador, cuando se trata de política exterior, usted parece que quiere volver a las políticas de los años 1980, como a las políticas sociales de los años 1950 y las políticas económicas de los años 1920”, añadió Obama.
“No es atacándome a mi” que Estados Unidos tendrá una mejor política exterior, replicó a su vez el ex gobernador republicano.
“Creo que las tensiones que existieron entre Israel y Estados Unidos fueron muy desafortunadas” dijo Romney, para quien Estados Unidos “no es más fuerte en ninguna parte del mundo”.
Obama replicó que es precisamente la estrategia de construir alianzas la que ha permitido aislar a Irán, al que Estados Unidos considera que busca el arma nuclear.
“Mientras yo sea presidente de Estados Unidos, Irán no conseguirá un arma nuclear”, dijo Obama, algo que también fue ratificado por Romney.
El fin de semana el diario The New York Times reportó que, según funcionarios estadounidenses, Irán estaba dispuesto a sostener negociaciones directas con Washington, algo que Obama volvió a desmentir en el debate.
Romney aseguró que bajo su presidencia los diplomáticos iraníes serán tratados “como parias”, y abogó por mostrar mano dura “desde el primer día”.
Los dos candidatos a la Presidencia de Estados Unidos se manifestaron en desacuerdo sobre las principales amenazas que debe enfrentar el país en materia de política exterior, citando las redes terroristas e Irán.
El presidente y candidato demócrata Barack Obama apuntó a que “las redes terroristas seguirán siendo” la mayor amenaza del país, que deberá “permanecer en alerta”, mientras que su rival republicano indicó que la mayor amenaza que el mundo debe enfrentar es un Irán nuclear.
El republicano, sin embargo, volvió a asegurar que una opción militar “sólo puede ser evaluada como última posibilidad”.
Para Romney, la “primavera árabe” que vio el fin de dictadores en la región, como el libio Muamar Gadafi, ha sido una oportunidad desaprovechada por Washington.
Siria es un ejemplo de esa inoperancia de Estados Unidos, dijo Romney, quien afirmó que armará a la oposición en ese país.
“Vamos a hacer todo lo posible para asegurarnos que ayudamos a la oposición. Pero también tenemos que reconocer que inmiscuirnos más militarmente en Siria es un paso serio”, alertó Obama.
“Gobernador, si una cosa aprendí como comandante en jefe es que tienes que ser claro”, dijo el presidente y aspirante a la reelección.
Romney negó también que quiera mandar tropas a Siria, ni que quiera proponer un área de exclusión aérea sobre ese país.
Mirar a A. Latina
Marcando otra diferencia en el encuentro, el candidato republicano volvió a abogar por volcarse comercialmente en América Latina, cuya economía es casi tan grande como la de China.
El volumen comercial de Estados Unidos “crece un 12% al año. Se duplica cada cinco años más o menos. Podemos hacerlo mejor, particularmente en América Latina”, declaró Romney.
“Las oportunidades para nosotros en América Latina simplemente no las hemos aprovechado. De hecho, la economía de América Latina es casi tan grande como la de China. América Latina es una gran oportunidad”, añadió.
Romney mencionó la política comercial como uno de los cinco puntos de su agenda presidencial, como había hecho en el primer debate contra Obama.
El ex gobernador republicano aseguró que en los primeros cien días de gobierno quería proponer más tratados de libre comercio con la región, como los que ya tiene Estados Unidos con México, América Central, Chile, Perú, Colombia y Panamá.
Concluida la ronda de debates y a tan solo 15 días de la elección presidencial, los candidatos intensificarán sus actos de campaña, máxime ante el persistente empate en la intención de voto registrados en la mayoría de las encuestas como la de NBC/Wall Street Journal publicada ayer que los ubicó en un 47%. Sin embargo, otro sondeo, de Politico/GWU, le da ventaja a Romney, un 49% frente al 47% que le concede a Obama./EL NUEVO SIGLO - AFP