Represión siria deja más de 9.000 muertos en un año | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Marzo de 2012

Más de 9.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto en Siria desde el estallido, hace un año, de una revuelta popular reprimida a sangre y fuego por el régimen de Bashar el Asad, informó una ONG siria.

Según el opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, con sede en Gran Bretaña), perdieron la vida 9.113 personas, entre ellas 6.645 civiles, 1.991 militares y miembros de los servicios de seguridad y 471 rebeldes.

"A pesar de los muertos y la represión, el pueblo sirio prosigue su revolución", comentó Rami Abdel Rahman, presidente del OSDH contactado por la AFP.

Los militantes contra el régimen sirio conmemoraban el jueves el primer aniversario de la revuelta, reprimida por Damasco que no reconoce la amplitud del movimiento y lo atribuye a "bandas terroristas".

Según la ONU, más de 30.000 sirios que huyeron de la represión se refugiaron en los países vecinos y unos 200.000 fueron desplazados en el interior del país desde el 15 de marzo de 2011.

Con el correr de los meses, las manifestaciones pacíficas dejaron su lugar a una militarización de la revuelta. Miles de militares disidentes, que forman el Ejército Sirio Libre (ESL), se alzaron en armas contra el régimen.

Así la revuelta  contra el presidente Bashar al Asad cumple  su primer aniversario con una escalada de la violencia frente a un régimen decidido a aplastarla y reforzado por el bloqueo diplomático causado por las divisiones internacionales.

Los milicianos contrarios a Asad llamaron a varios días de manifestaciones en Siria y en el mundo para exigir, una vez más, la salida del presidente Asad, único jefe de Estado todavía en su puesto entre los que se enfrentan a la protesta en el marco de la Primera Árabe.

"Se trata del más trágico y el más incierto de los levantamientos árabes", comenta en un informe Peter Harling, del International Crisis Group.

El régimen, que se niega desde el principio a reconocer la revuelta y la asimila a "terrorismo", contraatacó llamando a una "marcha mundial por Siria", una iniciativa que debería reunir a los todavía numerosos partidarios del presidente Asad en manifestaciones el jueves en Damasco.

Los manifestantes tienen previsto desfilar "por las vidas perdidas en combate por Siria", según el eslogan anunciado el jueves por la televisión oficial siria, cuando según los militantes, la violencia ha matado a más de 8.500 personas, la mayoría civiles, desde el 15 de marzo de 2011.

Mientras tanto, el régimen intensifica sus ofensivas militares en contra de los bastiones rebeldes, tras haber tomado el barrio de Baba Amr en Homs (centro) el 1 de marzo y la ciudad de Idleb (noroeste) el miércoles.

El jueves, dos civiles murieron en una operación de allanamientos en la provincia de Idleb y violentos combates estallaron en la noche del miércoles tras un ataque de insurgentes contra sus posiciones del ejército en la provincia de Deir Ezzor (este).

Los llamamientos para poner fin a esta espiral de violencia son diarios. El jueves, 200 organizaciones de defensa de los derechos humanos exhortaron a la ONU y a Rusia, principal apoyo del régimen, a actuar para poner fin al derramamiento de sangre.

"Durante un año, el número de muertos en Siria alcanzó un balance horripilante de más de 8.000 muertos, incluidos cientos de niños. ¿No es tiempo ya de que el mundo inicie al unísono pasos eficaces para detenerlo?", declaró Ziad Abdel Tawad, del Instituto de El Cairo para los derechos humanos.