Después de una salida en falso marcada por las amenazas del régimen sirio de abandonar Ginebra, las delegaciones del presidente Bashar al Asad y de la oposición en el exilio apoyada por los occidentales deben encontrarse finalmente cara a cara este sábado para una verdadera primera jornada de negociaciones.
El primer encuentro de los dos equipos de negociadores, esperado desde hace meses, está previsto a las 10H00 (09H00 GMT) en un salón de la sede europea de la ONU. Han perdido 24 horas por el bloqueo del viernes cuando la oposición se negó a sentarse a la misma mesa que el jefe de la diplomacia siria, Walid Mualem.
Porque Damasco sigue sin aceptar lo que sin embargo constituye una línea roja para la oposición en el exilio y los occidentales: el reconocimiento por Damasco del principio de un Gobierno de transición de conformidad con el texto adoptado por los rusos y los estadounidenses en junio de 2012 en la conferencia Ginebra I.
La negativa de la oposición el viernes provocó amenazas del Gobierno sirio de hacer las maletas si los opositores a Bashar al Asad no hacían gala de "seriedad".
"Nos hemos puesto de acuerdo para reunirnos en una misma sala", declaró finalmente el viernes, al cabo de un día agotador, el mediador de la ONU para el conflicto sirio, Lajdar Brahimi.
El mediador esperar conseguir este sábado lo que pretendía el viernes: tener en la misma sala a los hermanos enemigos sirios. Artífice de estas negociaciones para buscar una salida a la guerra en Siria, que ha dejado más de 130.000 muertos desde marzo de 2011, Brahimi excluyó que una delegación abandone la negociación de forma precipitada.
"Nadie se va a marchar"
"Las dos partes estarán aquí mañana (sábado) y se reunirán. Nadie se va a marchar mañana y nadie se marchará el domingo", añadió el diplomático.
También solicitó ayuda a "todos los países que tienen influencia", en referencia a Rusia, Estados Unidos, a los europeos y a las monarquías del Golfo, para "hacer avanzar este proceso" con el fin de encontrar una salida al conflicto. "Sabíamos que sería difícil, complicado", añadió.
Por su parte, los campos sirios, citados por separado el jueves y viernes con Brahimi, se acusan mutuamente de entorpecer estas negociaciones apadrinadas por Estados Unidos, aliado de la oposición, y Rusia, apoyo indefectible de Damasco.
"El problema de esta gente es que no quiere la paz, vienen aquí con condiciones previas", acusó el viceministro sirio de relaciones Exteriores, Faisal Moqdad, que calificó de "ilusiones" la reivindicación de una salida de Asad.
"No queremos sentarnos con ellos mientras el régimen no acepte" Ginebra I, afirmó por su parte a la AFP Nazir al Hakim, de la delegación opositora.
Régimen y oposición divergen acerca de interpretación del acuerdo Ginebra I, firmado entre las grandes potencias en 2012, que prevé un periodo transitorio. Los enemigos de Bashar al Asad reclaman que implica necesariamente una salida del presidente, mientras que Damasco rechaza esta lectura y habla de un gobierno de unión.
El primer ciclo de negociaciones está previsto "hasta el final de la semana próxima", el 31 de enero.
Un responsable de la oposición presente en Ginebra, Ahmad Ramadan, afirmó a la AFP que las negociaciones se concentrarán primero en la situación en Homs, ciudad del centro de Siria que lleva casi 600 días asediada por las tropas leales.
Parte de la ecuación depende también de la capacidad de los "padrinos" de los dos campos, Estados Unidos para la oposición y Rusia para el presidente Asad, para pesar y maniobrar entre bastidores.