Las bases militares en el mayor valle cocalero de Perú están en alerta ante una eventual represalia de la guerrilla Sendero Luminoso tras la muerte por el Ejército de dos de sus principales mandos, informó este martes el máximo jefe militar peruano.
"El trabajo continúa, las operaciones siguen y todas las bases están en alerta permanentemente para evitar cualquier acción" de represalia, dijo el vicealmirante José Cueto, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas peruanas.
"Hay operaciones puntuales que están en curso" en persecución de los líderes de Sendero en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) donde operan en alianza con bandas de narcotraficantes, añadió Cueto a medios de prensa de Lima, evitando dar precisiones sobre el desarrollo de las operaciones.
A su vez el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, anotó que "es natural esperar una reacción (pero) las fuerzas armadas y la policía están en alerta; la ofensiva continúa, con prudencia, pero continúa".
Patrullas combinadas de soldados y policías dieron muerte el domingo a los dos máximos mandos militares senderistas, Alejandro Borda Casafranca, "camarada Alipio", y Marco Antonio Quispe Palomino, "camarada Gabriel", en lo que el gobierno calificó como un golpe que "descabezó" a la organización.
También fue abatido en la operación el "camarada Alfonso", brazo derecho de "Alipio".
Cueto anotó que los tres guerrilleros fueron ubicados en la zona selvática del departamento de Ayacucho por un "trabajo de unidades de inteligencia", con la ayuda de "colaboradores e infiltrados" en poblaciones del Vraem, que incluyó labores de "escucha electrónica" de las comunicaciones de los senderistas.
El jefe militar dijo que en el combate a los rezagos senderistas y al narcotráfico, Perú recibe información de Colombia y de Estados Unidos mediante "un nexo muy fluido", especialmente con Colombia, país con el que hay permanente intercambio de información.
El Vraem es un extenso valle cocalero que se extiende desde la selva sudeste -donde ocurrió el enfrentamiento-, hasta la selva central, donde se refugian columnas sobrevivientes de Sendero Luminoso, luego de la captura en 1992 de su fundador, Abimael Guzmán, en prisión perpetua.
Expertos en el conflicto señalan que los grupos que actúan en ese valle están alejados del Sendero Luminoso original y se han convertido en bandas de narcotraficantes que mantienen un discurso político como máscara para encubrir sus actividades de tráfico de drogas.
"Están coludidos con los narcotraficantes, son un clan más del narcotráfico", subrayó Cueto.
Los cadáveres de los tres abatidos llegaron la noche del lunes a Lima y desde este martes son sometidos a pruebas como odontogramas y análisis de ADN para confirmar sus identidades.