El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ofreció su renuncia si la petrolera estadounidense Chevron prueba sus señalamientos de que el gobierno interfirió en el millonario juicio que perdió en el país por daños ambientales en la Amazonía.
"Que Chevron demuestre que el gobierno ha interferido en el juicio y yo renuncio a mi cargo", declaró el mandatario en una conferencia de prensa en la ciudad de Guayaquil (suroeste).
Correa, en el poder desde 2007, insistió en que su gobierno "jamás se ha involucrado" en el pleito legal que sostienen desde hace 20 años los indígenas y campesinos con Chevron por la contaminación atribuida a su filial Texaco en la Amazonía ecuatoriana.
La compañía, que tilda el juicio de fraudulento y alienta acciones legales en contra de la sentencia en Nueva York y La Haya, fue condenada el pasado martes a pagar 9.500 millones de dólares por la suprema Corte Nacional de Justicia ecuatoriana.
El tribunal redujo a la mitad la indemnización de 19.000 millones de dólares impuesta por un juez en una instancia inferior.
"Finalizó el caso jurídico, las cortes se han pronunciado. Nosotros jamás nos hemos involucrado en ese caso", afirmó el mandatario.
Correa justificó la campaña mediática que lanzó el 17 de septiembre contra Chevron como respuesta al juicio de arbitraje que entabló la compañía en un tribunal internacional de La Haya, con el fin de que el Estado asuma la millonaria indemnización.
"Demandándonos ante el tribunal de La Haya Chevron quiere que nosotros paguemos lo que ellos dañaron, lo que perdieron en el juicio, por eso reacciona el gobierno ecuatoriano", indicó.
Chevron asegura que Texaco cumplió con la reparación ambiental de los daños generados durante el tiempo que operó en Ecuador (1964-1990), y que fue liberada de cualquier responsabilidad a través de un acuerdo suscrito con las autoridades de la época.
"Ecuador continuará defendiéndose en el tribunal de La Haya, y diciéndole al mundo que Chevron es culpable", agregó Correa.
La empresa no tiene activos en Ecuador, y los demandantes ecuatorianos anunciaron que buscarán cobrar la indemnización en unos 30 países, incluidos Brasil y Canadá.
El presidente ecuatoriano, de 50 años y con una popularidad que ronda el 70%, se ha mostrado siempre dispuesto a dejar el poder antes de ceder en temas controvertidos como la legalización del aborto o en proyectos de ley que considera clave.
En siete años de gobierno ha blandido por lo menos en seis ocasiones la amenaza de la renuncia./AFP