La presidenta de Petrobras Graça Foster renunció a su cargo, junto al resto de los directores de la estatal brasileña, sacudida por un fuerte escándalo de corrupción.
En un comunicado divulgado, Petrobras informó "que su consejo de Administración se reunirá el próximo viernes para elegir al nuevo directorio después de la renuncia de la presidenta y los cinco directores".
La petrolera está sumergida en un escándalo de corrupción sin precedentes y la justicia investiga una red ilegal de sobornos que actuó durante una década y movió unos 4.000 millones de dólares.
La decisión se hace oficial después de una jornada plagada de rumores y euforia en el mercado.
Las acciones de la compañía escalaron el martes más de 15% --su mayor alza en 16 años-- en medio de las versiones de que Foster saldría, culminando una semana en la que llegó a perder casi 9.000 millones de dólares de valor bursátil, previo a la recuperación, y donde le recortaron la nota crediticia dos veces.
Foster estuvo reunida con la presidenta Dilma Rousseff en Brasilia durante la tarde y luego partió a Rio de Janeiro sin hacer declaraciones a la prensa.
El gobierno aún no se pronunció sobre la salida de Foster, pero según el diario económico Valor, el ministro de Finanzas Joaquim Levy, bien visto por el mercado, encabezará el cierre del balance anual auditado que la empresa debe presentar en marzo.
La decisión se tomó después que la semana pasada la compañía publicara sus resultados del 3T de 2014 sin auditoría internacional ni considerar las pérdidas contables por el caso de corrupción.
Petrobras determinó un sobrecosto de 88.600 millones de reales (USD 34.000 millones) en parte de sus activos, según este balance, pero sin precisar cuánto de este monto corresponde a pérdidas por corrupción.
El informe no satisfizo al mercado ni a los analistas y las acciones de Petrobras se derrumbaron. La empresa aún no entrega cifras sobre las pérdidas contables o los efectos del caso sobre sus activos.