El rendimiento de los bonos alemanes a 10 años, que sirven de referencia en el mercado de la deuda y sirven de valor refugio a los inversores, era el más bajo de su historia, por la preocupación de los inversores sobre el caos político que reina en Grecia.
A las 13H34 GMT, los intereses que pagaba el Bund alemán eran de 1,443% contra 1,515% el viernes al cierre.
"Los inversores prefieren la seguridad pese a que los títulos de la deuda alemana no les rinden nada", dice Nordine Naam, estratega de deuda de Natixis. La inflación en Alemania se elevó al 2,1% en abril.
El éxito de una emisión de deuda italiana muy esperada no permitió invertir la tendencia.
Roma logró captar 5.250 millones de euros a medio y largo plazo a tasas casi estables a tres años. "Una buena sorpresa en el contexto actual donde los riesgos de contagio siguen siendo muy altos", dice Naam.
Pese a ello, el bloqueo político en Grecia pesa mucho en las deudas de los países más frágiles.
El rendimiento italiano a 10 años seguía subiendo a 5,710% contra 5,495% el viernes y los españoles a 6,2654 contra 5,984%.
Los responsables políticos griegos no han logrado formar gobierno de coalición este fin de semana.
"Este fracaso no es una sorpresa, sino seguramente un paso más hacia la salida de Grecia de la zona euro", lo que hunde los activos considerados riesgosos, señalaban los estrategas del Crédit Mutuel-CIC.
Se prevé una nueva reunión la tarde de este lunes, pero las posibilidades de acuerdo en Atenas parecen remotas y la celebración de nuevas elecciones cada vez más inevitable.
Los ministros de Finanzas de los 17 miembros de la zona euro, que se reúnen al final de la tarde en Bruselas, deberían enviar un mensaje de firmeza a Atenas.
Por su parte, el ministro de Finanzas español, Luis de Guindos, debería tranquilizar a sus colegas de reunión presentándoles las reformas que Madrid proyecta aplicar para consolidar las finanzas públicas.
Mientras tanto, la deuda de los bancos españoles con el Banco Central Europeo batió en abril otro nuevo récord para alcanzar los 263.500 millones de euros.
Esta cifra muestra las dificultades que atraviesan actualmente las entidades bancarias de la península, muy expuestas al sector inmobiliario.