Faltando aún el reporte sobre el crecimiento de la economía colombiana en el primer trimestre del año -se espera que esté entre 3 y 3,5 por ciento-, la mayoría de economías con grado de inversión de la región tuvo un crecimiento promedio-ponderado del PIB de 1,9 por ciento anual por debajo de las expectativas iniciales.
De acuerdo con un análisis del gerente internacional del Bancolombia, Andrés Ortíz Iregui“el crecimiento regional continuó siendo impulsado por el dinamismo de la demanda interna. Por su parte, en el frente externo los efectos de desaceleración en las principales economías desarrolladas y una baja en las materias primas dejan entrever un panorama retador”.
Considera que es importante considerar el efecto calendario de Semana Santa, que resultó en una caída en la actividad trimestral por menos días laborales que el mismo periodo de 2012.
Hasta el momento, se destaca el mayor avance de la economía peruana y chilena, que mostraron una variación anual de 4,8 por ciento y 4,0 por ciento, respectivamente. Por el contrario, el dato de actividad de México (0,8 por ciento) mostró un bajo dinamismo, al igual que Brasil, que sigue creciendo muy por debajo de su potencial. A fines de junio se espera la publicación del PIB trimestral de Colombia, para tener un panorama más completo de la actividad económica regional.
En términos generales, el crecimiento regional en el primer trimestre continuó siendo impulsado por el dinamismo de la demanda interna. En particular, se destaca el crecimiento del consumo de los hogares y la inversión. Dentro de la muestra de países se destaca el bajo crecimiento del consumo privado en Brasil (explica alrededor del 60 por ciento del PIB). Esto seguirá siendo una preocupación, toda vez que el Banco Central de Brasil ha continuado retirando el estímulo monetario mediante aumentos de la tasa de referencia Selic, que hoy en día está en 8,0 por ciento.
Por su parte, en el frente externo se evidenció una notable caída en el ritmo del sector exportador, sobre todo en Brasil y Perú, asociada a los efectos de desaceleración en las principales economías desarrolladas y una baja en las materias primas. Dado que el balance de riesgos de la actividad mundial sigue siendo bajista, esto deja entrever un panorama externo que puede seguir siendo retador en los próximos trimestres.