La Casa del Balcón, lugar donde el jefe paramilitar Rodrigo Tovar, alias Jorge 40, citó a los habitantes de la vereda La Pola, en Chibolo, Magdalena, para dar la orden perentoria de dejar sus tierras, será reinaugurada hoy por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a Víctimas.
Actualmente, según estadísticas de la Unidad, se estima que en Chibolo hay 2.753 víctimas del conflicto armado y que los tres hechos víctimizantes más importantes corresponden al desplazamiento forzado (2.621 casos), homicidios o masacres (238 casos) y desaparición forzada (60 casos).
Este lugar –fortín del paramilitarismo que convirtió a las veredas La Pola y La Palizúa en su centro de operaciones entre 1980 y el 2006, años en que muchos de los pobladores legítimos de las tierras murieron a manos del grupo paramilitar–, es hoy una obra de reparación simbólica y material que aporta a la reconstrucción de los lazos sociales y la confianza entre el Estado y la población afectada por el conflicto armado en nuestro país.
Su valor simbólico radica además en que la Casa del Balcón también fue el lugar a donde llegaron los campesinos cuando retornaron y en el que la comunidad se reunía quincenalmente a tomar decisiones y a evaluar los procesos comunitarios, los procesos de restitución de tierras y demás actividades cotidianas.