Registraron la casa de supuesta amante de Petraeus | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Noviembre de 2012

Agentes del FBI registraron la casa de Paula Broadwell, biógrafa y supuesta amante del exdirector de la CIA David Petraeus, cuyo romance provocó la dimisión el viernes del jefe de la agencia de espionaje, informaron la noche del lunes medios estadounidenses.

"Cerca de una docena" de agentes cargaron cajas y tomaron fotografías del interior de la vivienda de Broadwell en Charlotte (Carolina del Norte, sureste), de acuerdo con la televisión WFMY, filial de CBS.

El diario The Charlotte Observer informó que los agentes registraron aparentemente los dos pisos de la casa.

La dimisión de Petraeus ocurrió tres días después de la reelección del presidente Barack Obama y en medio de las investigaciones por la gestión de la CIA tras el ataque al consulado estadounidense en Bengasi (este de Libia), en el que murió el embajador y otros tres funcionarios.

Una periodista de la televisión local WCMC tuiteó que agentes del FBI comenzaron a registrar la casa de Broadwell a las 20H40 (01H40 GMT del martes) y que llevaban al menos dos horas de inspección.

"Una docena (de agentes) allí, con bolsas/cajas, tomando fotos", escribió Dianne Gallagher en Twitter.

"Muchos federales & vehículos de prensa estacionados en Lexington Ave. en Dilworth (donde está el hogar de Broadwell) coches ya no pueden acceder", señaló la reportera en la red social.

Broadwell, que escribió una biografía autorizada del general de cuatro estrellas retirado, no ha sido vista desde que Petraeus dimitió y estalló el escándalo.

Un vecino de Broadwell, Ed Williams, afirmó a WCNC que ella, su esposo Scott y sus dos hijos se encuentran en un lugar "desconocido" pero estaban "bien".

Steve Boylan, amigo cercano y exportavoz de Petraeus, aseguró el lunes a la AFP que el general lamenta profundamente su relación extraconyugal, que comenzó dos meses después de que asumiera el cargo de jefe de la CIA en septiembre de 2011. El romance terminó hace unos cuatro meses.

El caso estalló cuando una segunda mujer, Jill Kelly, pidió ayuda al FBI tras recibir correos electrónicos amenanzantes de Broadwell, quien la acusaba de flirtear con Petraeus.

El escándalo ha puesto en alerta a la clase política estadounidense, que teme que la seguridad nacional del país esté en peligro debido a que Broadwell tuvo acceso a información clasificada.