El número de refugiados sirios en Líbano superó el jueves el millón, una situación que afecta profundamente a la economía de este pequeño país para el que la ONU ha pedido una ayuda internacional urgente.
"No es solo una tragedia personal, es también una tremenda carga para Líbano, que acoge ahora al mayor número de refugiados por habitante del mundo", apuntó a los periodistas Ninette Kelly, representante en Líbano del Alto Comisionado de las Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR).
La población de refugiados, de los que la mitad son niños, ya representa una cuarta parte de la población libanesa, y "el flujo de llegadas se acelera", advirtió el organismo en un comunicado.
Siria está inmersa en un conflicto civil desde hace tres años, sin ninguna perspectiva de paz a corto o medio plazo.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), más de 150.000 personas murieron desde marzo de 2011. El conflicto se ha complicado todavía más en los últimos meses por los combates entre facciones opositoras al régimen.
La ONU cifra en 6,5 millones el número de personas desplazadas en el interior de Siria y en 2,6 millones los que tuvieron que huir e instalarse en los países vecinos.
Líbano "se tambalea bajo el peso de ese problema. Los servicios sociales están bajo presión y la sanidad, la educación y las infraestructuras se están desmorronando", apunta Kelly.
El ministro libanés de Asuntos Sociales, Rashid Derbes, pidió "a los países árabes y a la comunidad internacional que compartan esta carga sin precedentes con Líbano, antes de que esta situación explosiva tome proporciones mundiales".
Según el ACNUR, cada día entran en Líbano 2.500 nuevos refugiados, lo que representa más de una persona por minuto.
Yehia, un joven de 18 años originario de la ciudad de Homs, fue el refugiado numéro un millón en registrarse en el país.
"No podemos dejar que (Líbano) lleve sólo este peso", dijo el jefe del ACNUR, Antonio Guterres.
- Consecuencias económicas -
El impacto sobre Líbano es "inmenso", según el ACNUR, sobre todo desde un punto de vista económico, con "un declive del comercio, del turismo, de las inversiones y el aumento de los gastos públicos".
Según el Banco Mundial, la crisis siria costó al país en 2013 unos 2.500 millones de dólares, y podría llevar a 170.000 libaneses a la pobreza en 2014.
Líbano tampoco dispone de infraestructuras adecuadas (electricidad, saneamiento) a causa de las crisis políticas y los enfrentamientos armados recurrentes desde que terminó la guerra civil (1975-1990).
"En muchos pueblos y ciudades viven más refugiados que libaneses" y los servicios básicos, igual que los hospitales y las escuelas, no tienen capacidad para acogerlos, según la ONU.
Los niños representan la mitad de la población siria refugiada, y el número de niños en edad escolar supera los 400.000, indica Naciones Unidas.
Además, como consecuencia del aumento de la mano de obra, "los salarios se hunden y las familias tienen muchas dificultades para llegar a fin de mes", indicó el ACNUR.
La ONU hizo un llamamiento para recaudar 1.890 millones de dólares en 2014 para ayudar a Líbano pero hasta ahora sólo han recibido 242 millones (un 13% del total), lo que podría tener "consecuencias desastrosas".
Cada vez más refugiados viven en tiendas de campaña, garajes y establos. Además 80.000 personas necesitan urgentemente cuidados médicos y cerca de 650.000 reciben una ayuda mensual para alimentarse, según datos del ACNUR.
Símbolo de la desesperación en la que se encuentran los refugiados, una siria intentó quemarse viva el pasado 25 de marzo delante de sus cuatro niños porque llevaba tres días esperando una ayuda para poder comer.