Con lamisma celeridad con que el panorama fiscal se complica cada día más para el gobierno Santos por cuenta de la mayor descolgada petrolera y su drástico coletazo económico, el escenario político para tramitar una posible reforma tributaria estructural se estrecha.
Esa es la gran conclusión de los pronunciamientos de los últimos días de varios de los partidos políticos que hacen parte de la coalición de Unidad Nacional o de aquellos que han apoyado la mayoría de sus iniciativas en el Congreso.
La U, el llamado “partido de gobierno”, ya advirtió que será muy difícil aprobar este una iniciativa que golpee los ingresos de los colombianos, sobre todo los de menores recursos.
Como lo publicara EL NUEVO SIGLO en su edición de ayer, el copresidente de La U, senador Roy Barreras, advirtió que si bien todavía no existe un borrador oficial del articulado de la reforma tributaria estructural, esa colectividad no apoyaría impuestos regresivos. “Nos referimos al aumento del IVA y a las cargas tributarias sobre la canasta familiar e igualmente el impuesto antitécnico que se conoce como el 4 por mil”, precisó.
Dijo que La U no quiere que haya más impuestos para los colombianos así sea después de la firma de la paz. “Los colombianos quieren la paz, pero con la misma fuerza no quieren más impuestos indirectos, regresivos y además absolutamente inoportunos”, agregó.
Otro de los copresidentes de La U, el representante Efraín Torres, indicó que no solo no hay margen para una reforma que afecte el bolsillo de los colombianos, sino que al presentarla el Gobierno está poniendo en peligro la votación del plebiscito por la paz, a través del cual se plantea refrendar un eventual acuerdo final en la negociación en La Habana. “… Se abre la puerta a que la gente rechace las acciones de paz del Gobierno y vote un rotundo no ante reformas que afectan directamente su bolsillo”, precisó.
Otras voces
En otros partidos de la coalición, la situación no es muy distinta.
En el liberalismo, que mantiene todavía un pulso con el Gobierno por el tema de la subasta de Isagen, hay voces muy prevenidas respecto al alcance y oportunidad de la reforma.
El senador Horacio Serpa, presidente del partido, había indicado, en declaraciones radiales hace dos semanas, que la colectividad no aceptará impuestos que afecten a la clase pobre y media. “De entrada decimos: no vamos a apoyar el aumento del IVA”, sentenció.
Otro parlamentario liberal, el senador Guillermo García Realpe, indica que si bien hasta el momento no está definida ninguna iniciativa y no se puede opinar sobre cosas hipotéticas, “de ninguna manera apoyaríamos la imposición de impuestos regresivos, ni tampoco aumentar impuestos a la canasta familiar o temas que tengan que ver con productos populares.”.
El otro partido de la coalición es Cambio Radical. Su presidente, el representante Rodrigo Lara, dijo ayer a EL NUEVO SIGLO que “nosotros no apoyamos ninguna reforma tributaria que grave más al sector formal generador de empleo, y tampoco una reforma que afecte la canasta familiar. Le hacemos un llamado al Gobierno de mucha cordura, que reduzca gastos suntuarios y enfoque la inversión social”.
Para el representante Carlos Jiménez, también de Cambio Radical, si bien aún no se sabe cuál será la reforma tributaria, “para nadie es un secreto que con el hueco fiscal que se tiene, hay que salir a buscar recursos frescos para garantizar los programas sociales del Estado”.
Recalcó que hoy no solamente están en riesgo las autopistas de cuarta generación, sino programas como Familias en Acción y los del adulto mayor, entre otros. “… No creemos que se deba dar una reforma que vaya a golpear a la clase más débil”, sostuvo.
Conservadores y Opción
Pese a que el Partido Conservador no hace parte de la coalición de Unidad Nacional (aunque se está tramitando su reingreso) es claro que su bancada viene apoyando al Gobierno desde hace tiempo e incluso el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, pertenece a esa colectividad.
Aún así, el Directorio Nacional, tras una reunión sostenida por su comisión económica integrada por exministros de Hacienda y expertos en el tema económico, advirtió días atrás que la colectividad no “acompañará ninguna iniciativa que golpee el bolsillo de los colombianos. Hoy lo que debemos plantear es un debate serio y estructurado frente al tema tributario que lleve a una reforma de fondo”.
La colectividad se mostró de acuerdo con el debate sobre los dividendos, que los más ricos aporten para financiar el gasto público, menos carga sobre los sectores productivos, la discusión sobre la tributación a las empresas sin ánimo de lucro y la eliminación de impuestos como el CREE. Pero no comparte ni respaldará el aumento del IVA a los más pobres. También urge una mayor lucha contra la evasión, los paraísos fiscales, el contrabando y la corrupción, entre otros flagelos.
De otro lado, Edgar Espíndola, copresidente de Opción Ciudadana, partido que apoya buena parte de las iniciativas gubernamentales, indicó que esa colectividad está en contra de “ponerle más cargas e impuestos a los colombianos. Le hemos dicho al Gobierno que busque otros mecanismos para controlar los ingresos del Estado: bajar los gastos administrativos, controlar la evasión y mecanismos para fomentar más empresas”.
Como se ve, aunque ayer el ministro Cárdenas dijo que todavía no se han oficializado las recomendaciones de la Comisión de Expertos sobre reforma estructural y que el Gobierno no las ha evaluado, lo cierto es que por más que se socialice el informe con todos los sectores del país, con miras a confeccionar un proyecto realista en materia impositiva y fiscal, será muy difícil su trámite en el Congreso, sobre todo porque la coalición santista y otros aliados de la Casa de Nariño, se muestran muy críticos.