Por Jairo Morales Nieto *
Especial para EL NUEVO SIGLO
Las reformas estructurales exitosas son el producto de la interacción de dos factores (o condiciones) clave: la necesidad política y la oportunidad económica.
Muchas reformas estructurales fracasan pues sólo atienden el factor de la urgencia política y subestiman o ignoran la condición de oportunidad económica.
Este frustrante episodio sucede a menudo pues la conexión entre el factor de la necesidad política y el factor de la oportunidad económica no existe per se; dicha conexión hay que identificarla y construirla mediante la puesta en marcha de políticas económicas y empresariales inteligentes y la acción de otros factores institucionales dinamizadores.
Hago esta breve introducción, extraída de la historia económica contemporánea, para darle una vez más la bienvenida al acuerdo de los negociadores de paz en La Habana, Cuba, sobre la “reforma rural integral” que, a todas luces, tiene su raíz en la identificación de una necesidad política real y vigente. Sin embargo, este gran acuerdo político puede verse frustrado muy rápidamente si no se le da un contenido de oportunidad económica para viabilizar los cambios estructurales que se proclaman y acelerar el desempeño económico de la agricultura colombiana.
Y, ¿Cuál es la oportunidad económica de la que hablamos? Simplemente, la oportunidad que ofrece la economía y el mercado en su evolución actual. Hay al menos dos razones para caracterizar esta oportunidad en el contexto particular colombiano. Por un lado, el momento y coyuntura excepcional de crecimiento y expansión de la demanda doméstica y mundial por productos de origen agropecuario y agroindustrial; por otro, la existencia de relevantes acuerdos comerciales con las economías más grandes del mundo, cuyas beneficios y consecuencias hay que maximizarlos con la inclusión de los productores y productos provenientes de las regiones y empresas del sector rural reformado.
Si estamos de acuerdo con estos planteamientos, las preguntas sucedáneas que emergen son: ¿Cómo hacer la conexión entre la necesidad de la reforma rural y la oportunidad económica que ofrecen los mercados? ¿Cuáles son las fuerzas y mecanismos que aseguran dicha conexión? Este es el tema de este artículo que está estructurado alrededor de un conjunto de razonamientos y enfoques que buscan ilustrar algunas posibles rutas de respuesta para animar más análisis y discusión.
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Conexión entre reforma rural y oportunidad económica
Dicha conexión puede establecerse de diversas formas pero creo que todas ellas tienen un elemento o vector en común: la creación de una economía empresarial que promueva y haga viable y compatible la reforma rural con las oportunidades que ofrecen los mercados domésticos e internacionales.
Cuando hablamos de economía empresarial conectora lo hacemos teniendo en cuenta las siguientes precisiones terminológicas y conceptuales:
- La conexión se refiere, primero, a la creación de una economía de empresa que aumente la productividad y rentabilidad de las unidades productivas del sector rural reformado (conexión centrípeta); y, segundo, a la creación de una organización macro empresarial que genere valor agregado e incremente la competitividad del sector rural reformado (conexión centrifuga);
- La conexión que ofrece la economía empresarial es el resultado de un movimiento integracionista de doble dirección (ida y vuelta). En el movimiento de ida, se integra el sector rural reformado con la economía urbana e industrial consumidora de sus productos a través de sistemas y redes de valor que reduzcan las distancias entre las granjas agrícolas y los consumidores finales y, a la vez, se mejoren los ingresos del productor y los precios al consumidor. En el movimiento de vuelta, se integra la industria alimentaria urbana con la industria agrícola rural, por ejemplo, a través de la investigación, experimentación e innovación agro-alimentaria y desarrollo de nuevos cultivos y productos con certificación de origen y de alto valor ecológico y nutricional (agricultura orgánica) en respuesta a las necesidades y preferencias de los consumidores.
En palabras más ilustrativas, se trata de crear una economía empresarial tipo Tiendas Juan Valdez que integra al pequeño caficultor de las laderas con el degustador final de ‘tintos’ sofisticados que se consumen a gran escala en las ciudades metropolitanas locales y globales, a muy buenos precios. La Tienda ofrece estímulos a los productores de café orgánico y otras pequeñas industrias rurales artesanales asociadas a la cultura del café para que formen parte del sistema empresarial y de sus beneficios.
Los enfoques y sistemas macro empresariales modernos denominados ‘clústeres’ sirven todos estos propósitos. Se trata en su esencia de modelos de cooperación económica que involucran a productores, proveedores y consumidores dentro de un mismo eco-sistema empresarial con altos niveles de información, concertación y organización donde todos los agentes económicos comparten valores sociales y empresariales comunes y obtienen beneficios en función a su productividad, competitividad y empresarialidad (innovación y creación de valor).
Al final, todos estos actores resultan ganadores de esta forma moderna de cooperación que en esencia combina de manera magistral la autonomía individual con la responsabilidad y creación de valor agregado social (siguiendo a Porter).
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Fuerzas y mecanismos de conectividad
Es obvio entonces que para que la conectividad empresarial funcione y arroje ganancias para todos es necesario crear un eco-sistema macro empresarial apropiado que articule dentro de un sólo enfoque analítico y metodológico las necesidades de las empresas productivas, los requerimientos de los mercados y las oportunidades ofrecidas por las políticas gubernamentales en general.
Un eco-sistema empresarial usualmente es impulsado por tres fuerzas motoras: los empresarios, la academia y el gobierno. Veamos brevemente algunas de las responsabilidades de estas tres fuerzas motoras en su rol por favorecer la conectividad entre el sector rural reformado y las oportunidades económicas de los mercados.
- Los empresarios rurales y urbanos
Colombia cuenta con una larga tradición y cultura de responsabilidad social empresarial representada por un gran número de personalidades, fundaciones y programas filantrópicos muy destacados en los ámbitos regional, nacional e internacional. Estas organizaciones están llamadas a jugar un papel de liderazgo en la formación de la nueva clase empresarial del sector reformado y en el desarrollo de las nuevas empresas rurales.
El reto no es de menor magnitud pues de entrada hay que superar la enorme dificultad de convertir campesinos en empresarios rurales y hacer de las unidades de explotación agrícola, empresas eficientes y rentables. Los más escépticos dirán que los empresarios ‘nacen no se hacen’ y que el destino de los campesinos no es convertible o transmutable. Estas circunstancias, reales o no, invitan a los empresarios y a sus fundaciones a ponerle ‘alas a la imaginación’ y a concebir y desarrollar modelos de cooperación y asistencia técnica que permitan hacer empresas agrícolas rentables e introducir al sector rural reformado dentro de las cadenas de valor ya existentes y/o desarrollar nuevas cadenas afines a las actividades de la nueva economía empresarial rural.
Nos imaginamos, por ejemplo, que muchas de estas fundaciones empresariales estarían en la capacidad de asignar -a su costo- personal profesional y técnico bien capacitado para hacer una gestión temporal delegada de las empresas del sector rural reformado hasta que logren los puntos de equilibrio físicos, económicos y financieros requeridos que permitan la ulterior transferencia de la administración a sus dueños y a sus hijos (jóvenes emprendedores que habrá que formar y capacitar).
También pensamos en la posibilidad de que las fundaciones establezcan agencias o centros especializados en promoción y desarrollo de negocios que intermedien y faciliten la conexión entre la demanda de servicios por parte de las empresas del sector reformado (financiamiento, asistencia técnica, capacitación e información) con la oferta institucional de servicios a negocios ofrecida por los sectores público y privado y no gubernamental. Todo ello debe ocurrir en el marco de convenios de cooperación entre la nueva clase empresarial y las fundaciones empresariales. Esta línea de pensamiento puede verse enriquecida por la enorme experiencia y conocimiento que muchas fundaciones y organizaciones públicas y privadas han capitalizado a todo lo largo y ancho del país, de modo que no se parte de cero. Hay caminos recorridos que hay que usar y perfeccionar.
- Los centros de excelencia académica
Es indiscutible que la academia debe desempeñar un papel protagónico en la transformación rural en general y en la conectividad empresarial en particular.
No podemos decir que la academia colombiana ha estado de espaldas al reto de la transición hacia la paz. Ha sido y es meritorio ver que el tema de la paz se encuentra ya incorporado en las cátedras y seminarios de un gran número de universidades del país y centros de investigación económica, social y tecnológica.
Su contribución a la creación de un pensamiento público sobre la paz es notable y visible como lo podemos ver y leer todos los días a través de los medios de comunicación.
Mi mirada en este artículo se dirige especialmente a las escuelas de economía y negocios que percibo deben desarrollar enfoques, modelos y metodologías para hacer de la conectividad empresarial un factor de éxito del negocio agrícola del sector rural reformado.
El tema de la conectividad empresarial del sector rural reformado debe ser un ‘Case Study’ para las escuelas de economía y negocios en el país. Algunas de estas escuelas deben mirar, en tiempos de transición hacia la paz, menos a ‘Wall Street’ y más a ‘Juan Valdez’ para caricaturizar mi pensamiento.
Dadas las dificultades objetivas de convertir campesinos en empresarios agrícolas, se requieren estudios que ayuden a entender el ambiente económico y social donde se desenvuelve la actividad empresarial del sector rural reformado; estudios que describan las fortalezas y debilidades de la nueva clase empresarial según origen regional, edad, educación y destrezas; estudios sobre modelos y tipos de asociatividad empresarial; estudios que analicen el talento empresarial de las mujeres que por lo general es elevado en medios rurales y, aún más, en condiciones de desarraigo y desplazamiento. En fin, es el momento para que la comunidad académica de economía y negocios haga su mayor contribución a la transformación rural del país.
- La acción gubernamental
La función del gobierno central en la estructuración de la conectividad empresarial se realiza mediante: (i) la institución de buenas políticas económicas de corte macro, micro, sectorial y regional proclives a la paz y desarrollo; (ii) el otorgamiento de derechos de propiedad a la nueva clase empresarial del sector rural reformado; (iii) la irrigación de recursos de capitalización y financiamiento en beneficio de las empresas del sector rural reformado; (iv) la provisión de servicios de investigación, asistencia técnica, capacitación e información a los nuevos empresarios a través de las redes y sistemas institucionales ya establecidos: (v) La integración de la áreas rurales marginales y periféricas al Internet, por ejemplo, mediante las tecnologías de ‘Drones’ de Facebook y/o ‘Globos Aerostáticos’ de Google.
Los gobiernos locales tienen una posición de vanguardia en el proceso de conectividad empresarial pues éste evento se realiza en sus territorios. Ello sugiere la necesidad de una asociación estrecha de los gobiernos locales con las otras dos fuerzas motoras: las fundaciones empresariales y los centros de docencia e investigación con el apoyo del gobierno central.
No avanzo más en el tema gubernamental pues en varios de mis escritos publicados por EL NUEVO SIGLO he sido prolijo al discutir el papel de la economía pública en la transformación rural. Por lo demás, pienso que, contando con políticas públicas inteligentes, la cuestión operativa de la conectividad en un asunto más de economía privada que pública. Así que dejemos que los empresarios cumplan su rol en el proceso de modernización rural.
* Doctor en Economía. Experto Internacional en Paz y Desarrollo. Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Abril 2014. jairo@inafcon.com