Frente a las críticas permanentes que ha suscitado la pelea de verduleras o comadres y el robustecimiento injustificado de una de las Salas del Consejo Superior de la Judicatura y sus permanentes desaciertos jurídicos y enfrentamientos con las otras Cortes y el voraz apetito burocrático, dando como resultado una sala hipertrofiada, según el ministro Esguerra Portocarrero, la mal llamada reforma a la Justicia, reforma de la que habló el ex constituyente Álvaro Gómez cuando en memorable sesión del Congreso de la República, en medio de la crisis suscitada por la caída del entonces ministro de Justicia Víctor Renán Barco le dijo al Congreso y al ministro de Gobierno de entonces Cornelio Reyes, que era menester hacer una gran reforma para asegurarle al país una pronta y cumplida Justicia.
Inician movimiento. Ahora se ha iniciado un movimiento a nivel de colegios de abogados, comunidad judicial y la academia para que se revise la actual estructura y funcionamiento del Consejo Superior de la Judicatura con sus respectivas seccionales y, si es del caso, sea remplazado otorgándole las facultades a la Procuraduría General de la Nación para disciplinar a los empleados y a nivel de funcionarios judiciales a través de salas especializadas de los superiores jerárquicos.
Iniciativa plausible. Al comentar la anterior iniciativa con reconocidos juristas estos han manifestado a La Barca que la idea es loable, pues tiene el fondo jurídico suficiente para ponerla en práctica y acabar de una vez por todas con ese “orangután” que con buenos propósitos creó la Asamblea Nacional Constituyente, pero que se ha venido desfigurando por la falta de sindéresis, preparación académica y jurídica de sus integrantes, con muy pocas excepciones. Se plantea, pues, el debate, señor ministro Esguerra, y ya veremos qué pasa.
Juristas de peso. Recordemos que el ministro Esguerra tuvo como compañeros en la Asamblea Constituyente del 91 a juristas de la talla de Hernando Yepes Arcila, Julio Salgado Vásquez, José María Velasco Guerrero, Hernando Jiménez Mejía y Gustavo Zafra, con quienes contribuyó de manera decidida a reformar la Justicia desde ese escenario, pero ni así fue posible.
¿Será que para poderle dar un verdadero revolcón a este espinoso tema el presidente Santos, aprovechando su gran prestigio mediático, convoca una Constituyente para reformar la Justicia? ¡Averígüelo Vargas!
Una plaza antipetrista. La monumental Plaza de Toros La Santamaría volvió a ser el domingo el centro neurálgico de la política bogotana. Recordamos a propósito las ovaciones salidas en el pasado desde los tendidos del coso taurino, en distintas tardes, para los líderes políticos Jorge Eliécer Gaitán y Alberto Lleras Camargo, y la ensordecedora rechifla dirigida contra “La Nena”, María Eugenia Rojas de Moreno, para rechazar la presencia de la hija del dictador Rojas en el histórico circo de San Diego, con las graves consecuencias que estos hechos desencadenaron. En coro, el respetable público rechazó hace tres días la postura anti-taurina del alcalde debutante y repitió a voz en cuello: “Toros, sí... Petro, no”.