El primer ministro británico, David Cameron, descartó permitir que Escocia celebre un nuevo referéndum de independencia tras reunirse con la otra gran ganadora de las elecciones británicas, la líder nacionalista escocesa Nicola Sturgeon.
"No está ni remotamente sobre la mesa", dijo Cameron, recordando que el Partido Nacional Escocés defendió el primero, celebrado en setiembre de 2014, "como único en una generación, potencialmente único en la vida".
En cambio, aseguró que mantendrá su promesa de aumentar las competencias del gobierno regional escocés que encabeza Sturgeon.
"Honraré mi compromiso con el pueblo escocés", aseguró tras el encuentro mantenido en Edimburgo.
La comisión Smith fue creada tras el referéndum perdido por los independentistas para determinar qué nuevos poderes podían traspasarse a Escocia.
La instancia ha emitido sus conclusiones y éstas "figurarán en el discurso de la reina" en el Parlamento, el 27 de mayo, cuando Isabel II esboce el programa de gobierno del curso siguiente, afirmó Cameron.
"Si algunos quieren hacer nuevas propuestas, las estudiaré", aseguró.
La comisión propuso, entre otras cosas, ceder al gobierno escocés la recaudación del impuesto sobre la renta, la capacidad de decisión sobre ayudas sociales, o la ampliación del voto a los jóvenes de 16 y 17 años en todas las elecciones escocesas.
Sturgeon, por su parte, se felicitó por el compromiso de Cameron de "aplicar la totalidad de las propuestas" de la comisión Smith, pero aclaró que aspiran a más.
"Quiero que Escocia tenga plena autonomía fiscal, y David Cameron no", recordó.
De todos modos, prosiguió, "fue una reunión constructiva, seria. No es un secreto que David Cameron y yo estamos políticamente muy alejados. Debemos encontrar modos de trabajar juntos y lo haremos".
El encuentro tuvo lugar apenas una semana después de las elecciones en las que los conservadores de Cameron lograron la mayoría absoluta y los nacionalistas escoceses de Sturgeon pasaron de 6 a 56 diputados y se convirtieron en la tercera fuerza nacional.