No es uno, ni dos. En Argentina, Brasil, Ecuador y Chile, los ex mandatarios ya han vuelto a la presidencia o al Congreso, o están por regresar. Algunos lo ven como un acto de mesianismo; otros, como una necesidad política para hacer oposición. Tendencia en alza
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El reencauche es algo habitual en la política. Tanto ministros como congresistas buscan mantener el puesto o que los elijan en otro. Pero no es tan común que un presidente, el máximo cargo en la burocracia estatal, vuelva a la política. O no lo era. Ya que ahora muchos están regresando, sobre todo en Suramérica.
Luego de vivir los años más agitados de su vida, dicen que el presidente -ex, mejor dicho- se convierte en el líder natural de su partido, sea cual sea el color. Opina, apoya o desaprueba al jefe de turno desde la barrera, dejando de lado sus aspiraciones políticas, que ya fueron satisfechas, una y otra vez, en diferentes cargos públicos.
Latinoamérica, sin embargo, ha cambiado esta tendencia. Provistos de caracteres mesiánicos, muchos ex mandatarios están de vuelta para hacer oposición o aspirar de nuevo a la presidencia, o al Congreso, revolucionando la figura de la reelección, que ha pasado a convertirse en una simple figura que puede modificarse con una reforma constitucional.
Brasil
En su contra hay un proceso judicial por corrupción. El juez que lo investiga, Sergio Moro, insiste en su culpabilidad, sin haber proferido un fallo que la demuestre. A pesar de ello, Luiz Inácio Lula Da Silva recorre el norte de Brasil (su feudo político) sin descanso y hoy es el favorito para reemplazar a Michel Temer, el presidente más impopular del mundo.
Lula va por su tercer mandato. Tras ser reemplazado por Dilma Rousseff, destituida en la mitad de su segundo mandato por maquillar cuentas públicas, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) cree que no tiene un sucesor capaz de continuar “la revolución” que ha sacado casi 50 millones de brasileños de la pobreza.
“No es tan común que un presidente, el máximo cargo en la burocracia estatal, vuelva a la política. O no lo era. Ya que ahora muchos están regresando, sobre todo en Suramérica”
Hoy encabeza las encuestas y sus opositores, enfrentados por numerosos escándalos de corrupción, no tienen un líder visible, más después del poco apoyo que ha recibido el gobierno reformista de Temer. Sin embargo, Lula también es uno de esos investigados, por lo que su aspiración presidencial se puede truncar en algún momento.
Argentina
Se ha puesto de moda que los ex presidentes aspiren al Congreso. En Colombia pasó con el expresidente Álvaro Uribe y ahora Cristina Kirchner repite la misma historia. Pero en Argentina esto no es algo nuevo. Desde 2005 Carlos Menem, el polémico exmandatario investigados por el envío de un presunto cargamento de armas a Ecuador y Croacia, es congresista, haciéndole oposición al kirchnerismo que perdió el poder con Mauricio Macri, en 2015.
Pese a sus 87 años, Menem se reeligió el pasado domingo en las elecciones legislativas en Argentina, asegurándose lo que, según algunos analistas, busca sin descanso: el fuero parlamentario. Los congresistas, según la ley de este país, son sujetos de este fuero que los blinda de futuras investigaciones, salvo si incurren en faltas disciplinarias.
El mesianismo en el caso de Menem parece descartado. Poco o nada le importa ser reconocido como un salvador, además, su capital político sólo le alcanza para llegar al Congreso, y no más.
Pero Cristina Fernández de Kirchner tiene unos intereses distintos, aparentemente. Principal opositora de Macri, ha vuelto al Congreso, donde empezó su carrera, para oponerse a la política económica del Presidente. Sin embargo, algunos no descartan que su verdadera intención es ser sujeta del fuero parlamentario, para esquivar las investigaciones en su contra.
Chile
En Chile los expresidentes parecen turnarse el poder. Molesta por las políticas económicas de Sebastián Piñera, Michelle Bachelet volvió a la presidencia por tercera vez, quemando el satisfactorio recuerdo que habían dejado sus anteriores gobiernos, como lo indican los sondeos. Por los mismos motivos, pero desde la derecha, Piñera quiere volver a la presidencia y es favorito para ganar la primera vuelta que tendrá lugar en tres semanas.
Antes de la relección de Bachelet, en Chile este afán por volver a la Casa de la Moneda no pasaba. Ricardo Lagos lo intentó en reiteradas oportunidades, pero su aspiración quedó derrotada en las urnas. Ahora, es una tendencia generalizada y cíclica.
De ser así, es posible que Piñera gane las elecciones y se reelija, para cumplir los tres periodos que Bachelet está por acabar.
Ecuador
Distanciado de su rebelde sucesor, Rafael Correa ha dicho que piensa volver a la política. ¿Cómo? No se sabe. La Constitución ecuatoriana no le permite volver aspirar a este cargo por tercera vez. Para ello, necesita que el Congreso reforme la Constitución, un paso inevitable en todos los países para volver a la casa de Gobierno en Quito.
No le queda fácil. Por mucho poder que acumule, Correa hoy está peleado con el presidente Lenin Moreno, quien llegó al Palacio de Carondolet con el apoyo de la coalición Alianza Pueblo (de Correa), pero se ha distanciado del expresidente meses después de asumir el poder.
Tranquilo y homenajeado, Correa disfruta un tiempo en Bruselas. Pero no parece dispuesto a renunciar a la política, sea cual sea la condición para volver. Con 54 años, es casi seguro que volverá, pero el frente común en su contra cada vez es más grande. La izquierda de Moreno, poco a poco, se ha ido acercando a la oposición, mayoritariamente de derecha. ¿Le impedirán volver?
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