Casi un centenar de solicitudes de familias despojadas de sus tierras en Ceilán, corregimiento de Bugalagrande, Valle del Cauca, fueron presentadas a los juzgados civiles especializados por la Unidad de Restitución de Tierras (URT), Dirección Territorial Valle del Cauca, con el fin de devolverlas a sus legítimos dueños.
Este es quizá uno de los más significativos procesos que la Unidad de Restitución de Tierras lleva en el departamento del Valle del Cauca, dado que se trata del despojo de tierras más grande presentado en la región y efectuado por un grupo de reconocidos narcotraficantes del norte del Valle. Estas personas, aliadas con paramilitares, en busca de apoderarse de tierras ajenas para sus fines ilícitos, cometieron crímenes en contra de labriegos y se apoderaron de predios para englobarlos en una hacienda denominada La Magdalena.
Los asesinatos, las amenazas e intimidaciones se convirtieron en el pan de cada día en estas tierras que dejaron de albergar cultivos de café y plátano. El panorama se plagó de hombres armados hasta los dientes que, con escopetas y armas calibre 38, cometieron crímenes en contra de los labriegos durante más de una década entre los 90 y principios del nuevo milenio.
Fernando Marulanda, alias Marulo, preso en Estados Unidos, englobó todos los predios de los campesinos al de mayor extensión, La Magdalena, y el 22 de junio de 1994 los traspasó a la Sociedad Agro Inversora Urdinola Henao y Compañía.
Durante el 2000 y el 2005, el uso de estas tierras estuvo exclusivamente en poder del narcotráfico, aliado con los paramilitares del Bloque Calima de las AUC, que se asentaron en esta zona.
La Fiscalía inició el proceso de extinción de dominio sobre La Magdalena en 2006. En la actualidad, los 17 predios de los campesinos también figuran confiscados por encontrarse englobados en el predio de mayor extensión.