Un proyecto de diseño urbano que involucra zonas de protección ambiental, espacios recreativos, senderos peatonales y escenarios culturales plantea recuperar este cuerpo hídrico, deteriorado en los últimos años a su paso por el municipio de Villapinzón.
En el proyecto del arquitecto Édgar Antonio Niño, magíster en Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), se propone reubicar las edificaciones que invaden la zona de protección del río para iniciar su recuperación a la altura de Villapinzón, municipio donde nace.
Este proceso implica zonas paralelas con respecto al borde del río, adaptadas a la normativa vigente. El objetivo es que allí se implementen humedales tanto en el sector urbano como en el rural, que pueden funcionar como soporte ante cualquier inundación. La creación de este eje se complementaría con la siembra de distintos tipos de árboles como alisos, arrayanes, borracheros, cucharos, eneas, mortiños y hayuelos.
De esta manera, indica el arquitecto Niño, en el perímetro urbano del área de influencia del río se implementaría un parque lineal para la contemplación y la actividad pública. Así, se potenciarían el comercio, la educación ambiental, la recreación y la cultura, sin dejar atrás las medidas de protección, es decir jarillones o barreras de contención que complementarían la actividad natural de los humedales y los árboles para evitar los efectos devastadores de las crecientes.
No más residuos
La problemática ambiental no sería la única en solucionarse; esta se representa por la actividad agrícola en la cabecera del río, al norte del sector urbano, e involucra el mal manejo de sus desechos y la deforestación, que aumenta el riesgo de deslizamiento.
Del mismo modo, con dicha estrategia se controlaría el vertimiento de residuos, como por ejemplo el de las 180 curtiembres que han vertido mercurio, plomo, arsénico y cromo en las aguas, algo que sucede en la zona suburbana e industrial, al sur del perímetro urbano.
En palabras del arquitecto Niño, “mitigando todas las problemáticas, el turismo se podría convertir en un nuevo elemento a explotar, una línea de posibilidades económicas y liderazgo regional, de tal manera que la gente conozca la nueva cara de este río que nace, exactamente, en el Páramo de Guacheneque, a 3.250 msnm”, comenta.
Para llegar a estas conclusiones, el magíster Niño diagnosticó las problemáticas, estudió la normativa, caracterizó el territorio, investigó sobre la forma de vida de los pobladores del borde del cuerpo hídrico, estableció los criterios de diseño, buscó antecedentes, determinó los escenarios a intervenir, formuló el proyecto y, por último, consolidó la propuesta.
“Con espacios lúdicos y de encuentro público no solo podremos recuperar la tradición cultura, sino que, ante todo, haremos que el río Bogotá deje de verse como el patio trasero de Villapinzón”, concluye.
Síganos en nuestras redes sociales:
@Elnuevosiglo en Twitter
@diarionuevosiglo en Facebook