Por los pocos avances en las negociaciones de paz en La Habana se culparon mutuamente el Gobierno y las Farc, quedando de esa manera en el ambiente que de no producirse un timonazo es poco probable que se pueda firmar el acuerdo final el próximo 23 de marzo, a lo que se comprometieron las partes el pasado 23 de septiembre.
En ese sentido, el presidente Juan Manuel Santos llamó desde Manila (Filipinas), en donde participa hasta hoy en la XXIII Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), a las Farc a acelerar las conversaciones, pidiéndoles también cumplir con la fecha tope para un acuerdo, el 23 de marzo próximo.
El mandatario afirmó en una conferencia de prensa que la fecha límite del 23 de marzo de 2016 "no fue una decisión unilateral, fue una decisión acordada con las Farc".
Por lo que Santos Calderón señaló que "espero que las Farc cumplan con esa fecha, y por eso mi llamado es a que aceleremos las negociaciones".
El Jefe de Estado se defendió de estar retrasando las negociaciones, al preguntarle una reportera acerca de una carta difundida por el jefe máximo de la guerrilla, Timochenko, en la que éste acusa al Gobierno de obstaculizar los avances.
“No es por culpa del Gobierno colombiano que se retrasen las negociaciones. Por parte nuestra hay toda la voluntad y todo el interés de llegar lo más pronto posible a esos acuerdos”, sentenció Santos.
Agregó que "el propio ‘Timochenko’ dijo en La Habana que si había voluntad política podríamos inclusive firmar mucho antes del 23 de marzo”.
Por su parte el máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, alias ‘Timochenko’, culpó al Gobierno nacional de los retrasos en la negociación en La Habana, por supuestamente colocar trabas de última hora. Incluso puso en duda que se pueda firmar el 23 de marzo de 2016 el acuerdo final.
En un comunicado fechado ayer en La Habana, alias ‘Timochenko’ recordó que el pasado 23 de septiembre fue anunciado al mundo que se había logrado un acuerdo satisfactorio en materia de justicia. “Las dos partes, inspiradas por el más alentador optimismo, expresamos la voluntad de trabajar por llegar a un Acuerdo Final en el término máximo de seis meses. Yo mismo fui más allá, al advertir nuestra disposición de conseguirlo mucho antes. De allí que apareciera el 23 de marzo como la fecha en que la nación colombiana podría celebrar el histórico fin del conflicto”.
Sin embargo, anotó el líder guerrillero, “hoy nos preocupa que del lado del Gobierno prospere un cierto propósito de ralentizar, de complicar el progreso en los acuerdos. El lento ritmo impuesto en la Mesa y las Subcomisiones da mucho qué pensar. Se volvieron frecuentes los aplazamientos, los pretextos y las disculpas para no cumplir los ciclos y las sesiones del modo esperado”.
Agregó que en esa dinámica de pronto resultó que el acuerdo sobre justicia no podía considerarse cerrado, que había que revisar una serie de temas. “A una escasa semana de cumplirse dos meses del acto solemne en que se anunció el feliz acuerdo, sigue resultando imposible su cierre definitivo. Y no porque las Farc-EP hayamos desconocido una sola letra de lo aprobado”.
A renglón seguido, alias Timochenko dijo que el Gobierno anuncia la inamovilidad del plazo fijado, como si se tratara de una condición fatal. “¿Y qué pasaría si llegado el 23 de marzo no hubiera acuerdo final? ¿Echaríamos por la borda lo trabajado y alcanzado durante tanto tiempo? No sería conveniente ni justo. ¿0 es que la dilación de ahora apunta a arrinconarnos a última hora para forzarnos a aceptar imposiciones?”.
Argumentó que la mesa de conversaciones es el espacio ideal para discutir y arribar a los acuerdos. “Hemos llegado hasta aquí porque en medio de todas las dificultades se ha fortalecido la confianza. No deberíamos afectarla de ningún modo”.
Finalmente, alias ‘Timochenko’ dijo que “al poner de presente las actuales trabas esperamos del Gobierno nacional una actitud positiva que nos permita concluir cuanto antes con este largo conflicto. Presidente Santos, con voluntad todo acuerdo es posible. La nuestra existe y es firme, hagámosle”.
Mientras tanto, ayer en el Congreso el comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, anunció que las Farc entregarán los restos de las personas que murieron en su poder, esto tras un acuerdo que a mediados de octubre se firmó en La Habana para la búsqueda de desaparecidos en el conflicto armado.
“Las Farc se comprometieron a entregar restos de personas que murieron en su poder. Se trata de unos primeros casos pero no queremos alentar expectativas desbordadas porque es un tema complejo”, sostuvo Jaramillo.
Amnistía al M-19
Al tiempo que Gobierno y Farc se culparon mutuamente por los retrasos en el acuerdo de paz, coincidieron en que es inconveniente la investigación que abrió la Fiscalía para establecer si la amnistía al M-19 en 1989 es cosa juzgada frente a los delitos de lesa humanidad que se produjeron en la toma al Palacio de Justicia en 1985 o se podría reabrir procesos por esos hechos a quienes sobreviven de la cúpula en ese entonces guerrilla.
El presidente Santos dijo desde Filipinas que no le parece "oportuno en este momento" revisar esas amnistías, pues "ese tipo de solicitudes puede ser muy mal interpretado".
Por eso explicó que "precisamente lo que se negoció con las Farc, respecto a una jurisdicción especial de paz para que los máximos responsables sean sometidos a la justicia transicional, da la seguridad jurídica precisamente para que el día de mañana algún otro fiscal no abra nuevamente la posibilidad de revisar cualquier decisión jurídica".
Mientras que las Farc rechazaron también ayer esta investigación. Alias ‘Marcos Calarcá’, uno de sus negociadores en La Habana, señaló en Twitter que “ese es un exabrupto desde todo punto de vista”.