¿Y las vacantes?
La polarización política da para todo. Por ejemplo, el fin de semana trascendió que parlamentarios de la oposición quieren citar al ministro del Interior, Fernando Carrillo, con el objetivo de indagarle sobre cuándo el Gobierno piensa cubrir las plazas que están vacantes en altos cargos del Estado. “…Llevan varias semanas sin titular entidades como el DANE, el Banco Agrario y otras instituciones de primer nivel, y sólo se escucha decir que la demora se debe a que el Gobierno quiere premiar a los más fieles a su intención de ir por un segundo mandato”, precisó un representante a la Cámara en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Sorpresa empresarial
Causó sorpresa en la cúpula empresarial la afirmación del presidente de Fenalco, Guillermo Botero, en torno de que el sector empresarial ya no tenía “vocero oficial” en la negociación de paz en La Habana, ello en referencia a que el saliente presidente de la ANDI, Luis Carlos Villegas, integrante de la delegación gubernamental en el proceso con las Farc, fue designado como embajador en Estados Unidos. Lo que se sabe hasta el momento es que Villegas seguirá en la mesa de negociación hasta el final del proceso.
Hasta el final y más
Es más, en el alto Gobierno se considera que Villegas será clave en la etapa de la socialización internacional de un eventual acuerdo de paz con la guerrilla, con todo lo que ello implica, debido a su triple condición de reconocido líder del sector privado, negociador de paz desde el inicio de las tratativas y embajador en Washington, la primera potencia política del planeta… No hay que olvidar que Estados Unidos ha reiterado que apoya el proceso de paz pero tiene algunos peros que los ha informado de manera directa y privada al Ejecutivo colombiano.
Farc lo ‘sopesan’
Incluso, en fuentes cercanas al proceso de paz se considera que las Farc también han analizado muy detenidamente lo que podría ser el papel de Villegas ante la Casa Blanca en relación con temas muy sensibles del proceso de paz. No hay que olvidar que la guerrilla ha insistido en que Estados Unidos, en aras de facilitar una salida negociada al conflicto en Colombia, debería excarcelar y enviar a Cuba al extraditado cabecilla guerrillero, aliasSimón Trinidad, petición que Washington ni siquiera ha contemplado. ¿Cambiaría en algo esa postura si la persona encargada de ‘tramitar’ esa petición es no sólo el embajador, sino uno de los negociadores gubernamentales, que por obvias razones tendrían mayor credibilidad a la hora de explicar qué tan importante o no sería el caso Trinidad?
Extradición
Por igual, no se puede obviar que la justicia norteamericana tiene en la mira a varios de los cabecillas subversivos, por delitos que van desde narcotráfico, secuestro de estadounidenses, ataques a intereses de ese país en Colombia hasta terrorismo. Obviamente en la mente de la guerrilla siempre está el caso de los líderes paramilitares, todos los cuales después de desmovilizarse terminaron extraditados por el gobierno Uribe. Sería ingenuo desconocer que el gobierno Santos no podría blindar a los jefes de las Farc del riesgo de extradición, a menos que la Casa Blanca o el Departamento de Estado hagan un ‘guiño’ al respecto…