Ayer en la sección Reserva del Sumario de La FM radio se informó que el senador huilense Ramiro Chavarro había presentado ante la dirección del Partido Conservador la propuesta de “suspender los diálogos de La Habana” a partir de noviembre de este año hasta que terminen las elecciones, es decir, hasta mayo o junio de 2014, en caso de que sea necesaria una segunda vuelta en la contienda por la Casa de Nariño. Aunque para algunos periodistas y analistas la idea no tendría mayor eco e incluso podría ser descabellada, se sabe que hay miembros de esa colectividad política que han empezado a discutirla con más detenimiento para analizar sus pros y contras.
La de Velásquez
La eventual suspensión de los diálogos mientras pasa la época electoral había sido planteada con anterioridad en las dos de sus últimas columnas en EL NUEVO SIGLO del coronel (r.) Carlos Alfonso Velásquez R. Bajo los títulos “Congelar Mesa de Negociación con las Farc” y “Continuar, romper, congelar”, las columnas fueron publicadas el 8 de abril y el 6 de mayo pasados. El autor ha sido un estudioso del conflicto armado desde que ejerció su carrera militar y durante los últimos 10 años en los que ha sido profesor en la Universidad de la Sabana, hasta el punto que en 2011 publicó el libro La esquiva terminación del conflicto armado con las Farc.
Razones
Según Velásquez, los efectos de la suspensión del proceso, si se procediera en esa dirección, contribuirían decisivamente al bien común de la paz en el país y, además, le convendría al presidente Santos, entre otras cosas, para desmentir las críticas en el sentido de que estaría utilizando la negociación en La Habana como trampolín para la reelección. Es más, si decide ir por un segundo período, la suspensión le permitiría hacer los reajustes que considere pertinentes en su estrategia para alcanzar la paz y presentárselos al país sin la presión de un proceso andando. También, según el militar retirado, le convendría al uribismo para que, con los diálogos congelados, respondan ante el país el interrogante sobre qué hacer con las Farc.
Hasta para Farc
Es más, Velásquez sostiene que si se acordara esa suspensión desde ya, se colocaría una “espada de Damocles” pendiendo sobre la voluntad de las Farc para llegar a acuerdos. Los jefes guerrilleros también saben que si a la altura de noviembre de este año la mesa de La Habana no ha arribado a pactos creíbles y satisfactorios para el país, la legitimidad de los diálogos quedaría herida de muerte. En ese orden de ideas, la suspensión temporal de las negociaciones también le convendría a la facción subversiva.
Una campaña más tranquila
Puntualizó Velásquez que lo más importante es que congelar la Mesa a partir del 1 de noviembre de 2012 sería conveniente para el próximo debate electoral a la Presidencia, pues los colombianos tendrían la oportunidad de escuchar a los candidatos (incluyendo a Santos) en un clima político y de opinión púbica más propicio. Muy diferente, agregó, sería el clima de opinión con los diálogos caminando pues, entre otras cosas, las Farc contarían con una ventana clave para incidir a favor o en contra de los candidatos en contienda.