El partido Cambio Radical no oculta cierta molestia con la canciller María Ángela Holguín debido a que no se ha podido realizar el debate que se tiene agendado en torno a los fallos de la Corte Internacional de Justicia sobre las demandas de Nicaragua contra Colombia. La semana pasada, la canciller viajó a La Habana para vincularse a la delegación negociadora y el debate tuvo que ser aplazado. Lo cierto es que cuando se dé, la discusión será de alto calibre. El Centro Democrático, por ejemplo, tiene ya listo un arsenal de cuestionamientos a la estrategia de defensa del país en La Haya y las consecuencias a corto, mediano y largo plazos de la decisión de no volver a comparecer ante el alto tribunal.
¿Farc, mediadoras?
En la tarde del viernes pasado, luego de que el presidente Santos advirtiera al Eln que mientras no libere a los secuestrados no se iniciarán las negociaciones de paz en Quito, trascendió que las Farc podrían ser la clave para superar esta difícil situación. Para nadie es un secreto que existe una línea de comunicación fluida entre las cúpulas de ambos grupos guerrilleros y que la misma podría ser utilizada para que las Farc ayuden a convencer a los elenos que el secuestro es un flagelo que ya la opinión pública colombiana no tolera, por más que se pacte que se dialoga de paz en medio del conflicto. Lo cierto es que el Gobierno, aún si quisiera, no tiene margen de acción político para instalar y mantener una mesa de conversaciones en medio de esas circunstancias.
Chicharronesa bordo
En los pasillos de las altas Cortes judiciales se asegura que el nuevo ministro de Justicia, Jorge Londoño, que se posesiona esta semana, tendrá que asumir con varios chicharrones a bordo. En primer lugar, debe empujar el proyecto de ley que se presentó con mensaje de urgencia al Congreso para atajar el riesgo de una excarcelación masiva a mediados del año. Como segundo término, ya entró en cuenta regresiva el plazo que tiene la Corte Constitucional para dar su veredicto sobre la reforma al equilibrio de poderes. Es claro que si esta norma llega a ser declarada inexequible en lo referente a los cambios en la estructura de gobierno de la rama judicial, el Ejecutivo tendrá que abocar de inmediato una nueva reforma, sobre todo de cara a saber qué se hace con el Consejo Superior de la Judicatura.
La corte ‘zombie’
Como se indicara en esta Sección semanas atrás, a este alto alto tribunal hay algunos magistrados, juristas y hasta periodistas que lo llaman jocosamente la ‘corte zombie’, en alusión a que se trata de una especie de ‘muerto vivo’ institucional, pues la reforma de equilibrio de poderes determinó su desaparición y que muchas de sus funciones administrativas serían asumidas por el Consejo Superior Judicial, el mismo que no ha podido ser confeccionado por las continuas demandas contra la escogencia de sus integrantes. Es claro que si se cae la reforma en la Corte, entonces el Consejo Superior de la Judicatura resucitará plenamente.