La ponencia del proyecto de reforma de equilibrio de poderes comienza a discutirse hoy en la Comisión I del Senado y se sabe que las altas Cortes judiciales no han descartado enviar delegados suyos para que puedan hablar, de manera informal, en algunas de las discusiones en la célula congresional. E igual pasa con varios de los senadores que ya indicaron que se “asomarían” de vez en cuando por la Comisión, pues temen que los representantes se dejen avasallar por las críticas del fiscal Montealegre y la cúpula judicial contra la iniciativa.
Extradición quieta
“… El palo no está para cucharas”. Esa fue la respuesta que una alta fuente de la Casa de Nariño le dio a un periodista de EL NUEVO SIGLO cuando le preguntó en torno de si el Gobierno le haría eco a una recomendación de la Comisión Asesora para la Política de Drogas en Colombia, según la cual “la extradición como forma de lucha contra la criminalidad internacional merece un replanteamiento frente a nuevas situaciones del cambio de mirada legal frente al tráfico de estupefacientes”. Si bien no es la primera vez que se habla de reformar la extradición, sobre todo al evidenciarse que los señalados cabecillas narcotraficantes ahora prefieren negociar su entrega con la DEA y la justicia estadounidense, en busca de bajas penas a cambio de delación de rutas, señalamiento de cómplices y entrega de dinero y bienes, en el alto Ejecutivo se considera que no es tiempo para meterse en un tema tan complicado como la reforma a la extradición, sobre todo mediando la crisis de confianza en el proceso de paz con la guerrilla.
‘Fórmula’ política
En los corrillos del Congreso todos los días se escuchan especulaciones de todo tipo, unas medianamente acertadas y otras que rayan en lo insólito. Entre las últimas se puede catalogar la que se oyó el jueves de la semana pasada a un exparlamentario conservador, según la cual él y otros dirigentes consideran que así como La U terminó siendo un partido en el que recalaron dirigentes de todos los partidos y hoy por hoy es la colectividad más fuerte en todo el país, lo que debería hacerse ahora es “forzar una unión entre el conservatismo y el uribismo, pues se trata de dos fuerzas que por sí solas no alcanzan a pelearle a La U la supremacía política y electoral, pero si llegan a unirse entonces la oportunidad de llevar a uno de los suyos a la Casa de Nariño sería muy alta…”, dijo el excongresista, cuyo nombre no se cita dada la informalidad de la conversación que tuvo con algunos periodistas.
El otro pulso
Las cabezas de lista al Concejo de Bogotá se están convirtiendo en el as bajo la manga de varios de los candidatos a la Alcaldía, a tal punto que hay por lo menos dos casos en los que los aspirantes condicionaron la aceptación de su postulación a que ellos pudieran hacer el ‘guiño’ final para la respectiva plancha al Cabildo Distrital. Como todavía faltan más de dos meses para que venza el plazo de la respectiva inscripción de candidatos, las negociaciones en el interior de los partidos todavía están tibias, salvo en el Centro Democrático en donde el pulso por la cabeza de lista ya generó más de un roce grave. En cuanto a liberales y La U el sonajero en cada caso tiene más de tres nombres y paradójicamente los de los actuales concejales serían la minoría.