A propósito de las informaciones que han salido en esta Sección en los recientes días respecto a la baja producción del Congreso en este último tramo de la legislatura, un senador entrante le indicó a un periodista de EL NUEVO SIGLO que estaba estudiando la posibilidad de presentar una reforma constitucional que modificara los períodos de funcionamiento del Legislativo. Si bien no es la primera vez que se habla de reformar el último período del Congreso cada cuatro años, debido a que los parlamentarios se distraen en la campaña electoral, lo cierto es que pocas veces ha llegado al Legislativo un proyecto en específico.
¿Reformar períodos? (II)
“… La idea sería sólo modificar el último tramo de la última legislatura… Estamos estudiando que el Congreso pueda suspender el 20 de diciembre, pero reanudar sesiones en la segunda semana de enero, para terminar en febrero… Vendría entonces una para de cuatro meses, anticipando la posesión del nuevo legislativo, que ya no sería el 20 de julio sino el primero de ese mes”, precisó el senador electo, que no autorizó la revelación de su nombre. Indicó que si bien era complicado tener un Congreso parado durante cuatro meses, en realidad hoy pasa algo similar pues Senado y Cámara dejan de trabajar a mediados de diciembre y regresan sólo en la segunda quincena de marzo. Es decir, un poco más de tres meses.
Pausas futbolísticas
Los sindicatos dan para todo. Por ejemplo, días atrás un veterano dirigente estuvo dialogando “informalmente” con un exministro de Trabajo sobre un tema más bien muy particular: hay alguna legislación que les permita a los empleados exigir o, por lo menos, solicitar, a sus patronos que les permitan cesar labores para poder ver los partidos de la SelecciónColombia en el Mundial y otros cotejos de importancia en la cita orbital a cumplirse en Brasil.
No pero sí…
El exministro, según lo comentó el propio dirigente sindical, le dijo que no hay norma específica alguna, aunque es claro que patronos y empleados pueden llegar a acuerdos puntuales sobre este tipo de eventos, pero sin que resulten exigibles para ninguna de las partes. Lo cierto es que ya muchas empresas en Colombia se adelantaron al tema y crearon sistemas de trabajo y acomodaron horarios para poder apoyar, por lo menos, a Colombia en los tres partidos de la primera fase en Brasil.
Más peticiones
Las medidas del Gobierno para abaratar la compra de agroinsumos, eliminando gran parte de la cadena de intermediación que los encarece, sería copiada en otros rubros, Por ejemplo, ya hay voces en la industria manufacturera que consideran que son aptos para que les faciliten los requisitos de licencia y permisos de importación, al tiempo que les otorguen créditos para poder comprar directamente a los proveedores de materias primas nacionales e internacionales. Es claro que el Gobierno tendrá muchas peticiones por el estilo. Es más, varios críticos de los impactos de los TLC sobre la producción nacional, ya consideran que esta clase de medidas debían generalizarse en los sectores más sensibles ante la competencia externa por la apertura económica. ¿Qué dirá el ministro de Comercio Santiago Rojas?