Porte de armas (I)
A propósito del debate que existe en Estados Unidos en torno a si debe imponerse o no una restricción de fondo a la tenencia y porte de armas de fuego, discusión avivada tras la masacre días atrás de 18 menores de edad y dos profesoras en una escuela de un condado de Texas, un militar retirado colombiano llamó la atención en torno a que todos los intentos que se hicieron en nuestro Congreso para tratar de habilitar la posibilidad de que particulares pudieran armarse y ejercer su legítimo derecho a la defensa, terminaron fracasando. Incluso recordó que desde el gobierno de Juan Manuel Santos está vigente la correspondiente restricción al porte de armas por parte de civiles, incluso con salvoconducto. Esta medida ha sido prorrogada año tras año por la administración de Iván Duque, pese a que varias voces uribistas insistieron en que se flexibilizara la prohibición debido a la escalada de violencia urbana y rural.
Porte de armas (II)
Por el contrario, según la misma fuente castrense, la restricción se amplió, especialmente al rango de armas traumáticas o neumáticas. Ahora no solo se exige permiso previo para su venta, compra y porte, sino que, además, se agravaron las penas para quienes cometan delitos con las mismas. A ello se suma que la ley de Seguridad Ciudadana, aprobada por el Congreso a finales del año pasado y sancionada por el presidente Duque en enero, también agravó las penas para quienes porten cuchillos y aún más para quienes perpetren delitos violentos con los mismos. De igual manera, son varias las acciones de tutela que perdieron quienes recurrieron a este recurso de amparo en busca de una autorización judicial para poder no solo adquirir las armas a Indumil sino poder portarlas en espacios abiertos, más allá de su sitio de residencia. “... Si usted me pregunta, el único avance que se dio en los últimos años en este aspecto está contenido en la misma ley de Seguridad Ciudadana, en donde se amplió el margen de acción para ejercer el derecho a la legítima defensa cuando una persona es víctima de un atraco en su vehículo o en su lugar de residencia… Pero falta ver qué dirá la Corte Constitucional, porque ese artículo está demandado", precisó el militar retirado, que pidió la reserva de su nombre.
Sonajero tempranero
Algunos congresistas que tendrán sus tres últimas semanas en el Legislativo van a tomarse un tiempo de vacaciones y empezarán a definir su futuro a mediano y largo plazos. Por ejemplo, en los corrillos de la izquierda hay voces que están empezando a ventilar el nombre del senador Jorge Enrique Robledo -elegido en 2018 por el Polo y ahora al frente su propio partido, Dignidad-, como posible candidato a la alcaldía de Bogotá el próximo año. Según trascendió, la idea es poder mantener la misma base de la coalición de la Centro Esperanza que respalda la candidatura presidencial de Sergio Fajardo y proyectarla hacia los comicios regionales y locales de 2023.
¿Derecho adquirido?
"... Hay algunos sectores de la Alianza Verde que consideran que debe ser ese partido el que proyecte un posible sucesor de la alcaldesa Claudia López... Ya tienen, incluso, un sonajero de nombres pero no han consultado con otros partidos ni nada... Nosotros, por ejemplo, consideramos que el doctor Robledo es una carta que debe tenerse en cuenta así él no haya manifestado algún tipo de intención de seguir en la política activa... También hay otros nombres que están empezando a sonar en la izquierda y la centroizquierda, más allá de las huestes verdes y de muchos funcionarios o exfuncionarios de esta administración distrital que ya están pensando en candidaturas para el próximo año, en una actitud un poco excluyente, como si tuvieran una especie de ‘derecho adquirido’ al respecto”, precisó un dirigente consultado por periodistas de este Diario.