En las toldas del uribismo se insiste en que este año son cuatro los retos políticos que tiene el Centro Democrático y de la forma en que los resuelva dependerá en gran parte la suerte política y electoral de la colectividad en 2018. En primer lugar, es evidente que el 2017 arranca con el desafío de que el uribismo pueda hacer algo más que oponerse al acuerdo de paz con las Farc pero sin una consecuencia política tangible. De allí que la apuesta para impulsar un posible referendo que lleve a que los colombianos puedan tener la posibilidad de manifestarse en las urnas frente a los temas más complicados y polémicos del pacto con la guerrilla aparece como un objetivo prioritario para el Centro Democrático. Incluso un senador de esa facción, según trascendió, reclamó en la última semana de diciembre que debía pasarse del discurso de la posible convocatoria de un referendo, a activar ya los comités para inscribir la respectiva petición ante la autoridad electoral y comenzar a recoger firmas.
Que puja presidencial no sea fratricida
Un segundo reto que tiene el uribismo en este año que comienza es evitar que en la competencia de sus tres precandidatos presidenciales por ganarse el tiquete de aspirante único no se genere una batalla política fratricida que lejos de generar consensos en la colectividad, marque aún más las divisiones y bloques que ya empiezan a ser evidentes. Definir quién podría ser el aspirante presidencial no será nada fácil, puesto que Oscar Iván Zuluaga defenderá ese derecho al haber sido quien en 2014 sumó más de seis millones de votos, un potencial electoral muy alto, por más que se diga que todo lo jalonó el expresidente Uribe. Carlos Holmes Trujillo viene ganando espacio en un sector del partido que lo considera no sólo muy maduro en materia política, sino que no transmite sensación de polarización radical. Y, por último, está el senador Iván Duque, elegido como el mejor congresista del año por sus colegas, y de quien se dice que si fuera por Uribe él sería el elegido para llevar las banderas del Centro Democrático en la carrera presidencial.
Plantear el escenario de las alianzas
En tercer lugar, el uribismo tiene que empezar a definir cómo podrían ser las posibles alianzas que se harán de cara a la puja por la sucesión de Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño. Ya está visto que liberales y la U apuntan a hacer una llave política y electoral muy poderosa, en tanto que hay quienes ven entre los conservadores y Cambio Radical elementos de alta empatía política para crear una alianza de centro derecha, en donde es claro que el uribismo se siente muy cómodo. Aunque estos asuntos sólo se empezarán a mover hacia mitad del año e incluso finales del mismo, hay dirigentes del Centro Democrático que consideran que debe definirse el escenario mucho antes, para que el candidato único sepa a qué atenerse cuando llegue el día de las decisiones de fondo.
Mecanismo para armas lista a Senado
Y, por último pero no menos importante, está el dilema que ya se empieza a plantear en la bancada de Senado y Cámara del Centro Democrático, en torno a cómo se escogerá y confeccionará las listas de candidatos a ambas corporaciones. Como ya se ha dicho en esta Sección, hay representantes a la Cámara que consideran que se les debe dar la posibilidad de subir a Senado y que algunos de los que hoy están sentados junto al expresidente en esta última corporación, deberían dar un paso al costado. Hasta el momento se sabe que Uribe volvería a encabezar la lista al Senado pero que no hay claridad todavía en torno a cómo se armará el resto de la plancha. Unos plantean que se acuda a encuestas, convenciones de directorios regionales o, simple y llanamente, a que el exmandatario lo haga a punta de bolígrafo.