Off the Récord | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Diciembre de 2016

El Partido Conservador elegirá esta semana al senador Hernán Andrade como presidente de su Directorio Nacional. Es esa ya es una decisión cantada, ya que tanto la bancada de Senado como de la Cámara  apoyan su escogencia como sucesor de David Barguil. Son tres los temas que Andrade deberá abordar de entrada en su agenda. En primer lugar tiene que liderar la definición de la postura del partido en cuanto a la implementación normativa del acuerdo de paz con las Farc. Si bien la colectividad ha dicho que apoya el proceso, tiene reservas y peticiones de ajuste a varios de los proyectos que ya están en trámite o que deberán estar radicados en las próximas semanas. El segundo asunto prioritario, según se afirma entre los propios parlamentarios azules, tiene que ver con el lobby ante el alto gobierno para que la Presidencia del República postule para la Corte Constitucional a un jurista de origen conservador. Como se sabe, la Casa de Nariño debe enviar dos ternas al Senado para relevar a los Magistrados que terminan período en abril  próximo.

Reglas del juego para la campaña

La tercera misión de Andrade tiene que ver con la menos complicada tarea de sentar las bases de lo que será la mecánica para la escogencia del candidato presidencial de partido para 2018. Como se sabe, dichas reglas del juego deben están definidas hacia mitad del próximo año, ya que hay varios nombres que ya están sobre la palestra como posibles precandidatos, empezando por Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez y Ubeimar  Delgado, entre otros. Ya hay una corriente mayoritaria en la colectividad que es partidaria de tener candidato único para pujar por la sucesión en la Casa de Nariño y solo plantearse la posibilidad de una alianza multipartidista en la segunda vuelta. La alternativa de ir a unas primarias entre aspirantes de varios partidos para escoger un candidato único hacia la primera vuelta, no tiene muchos respaldos en las toldas azules.

La relación con la Casa de Nariño

Sin embargo  hay quienes consideran que antes de las tres tareas ya explicadas Andrade tendrá que jugarse toda su experiencia y empatía en la Casa de Nariño y con el propio presidente Juan Manuel Santos para redefinir la relación de la colectividad con el Gobierno en el último año y medio que le resta al actual Mandatario. Todavía es visible la molestia de los conservadores por haber perdido la Procuraduría General a manos de liberalismo gavirista. Incluso, como se anunciara semanas atrás en esta Sección, a los conservadores se les habría prometido, en compensación, una nueva cuota ministerial que están esperando que sea adjudicada en el próximo relevo en el gabinete, que se daría antes de que termine el primer trimestre de 2017.

 

Y, para terminar con los conservadores, es evidente que esa colectividad tiene que empezar a definir una estrategia para evitar que su votación se vea atacada por el uribismo y Cambio Radical, sobre todo porque está visto que esas dos colectividades se están situando en espectros ideológicos muy similares a los de las toldas azules. Ya se ha derivado dentro de la misma bancada que no se puede si no se define un plan de acción político, electoral, ideológico y publicitario con suficiente antelación la votación para el Congreso los conservadores podrían verse fuertemente disminuida en marzo de 2018.  Actualmente la colectividad cuenta con 19 senadores y la idea es que no se pierda ni una sola curul en unas elecciones parlamentarias que, desde ya, se sabe que serán muy competidas, incluso por la irrupción de nuevas fuerzas de izquierda y hasta el partido político derivado de la transición a la legalidad de las Farc.