Siendo la construcción uno de los sectores más intensivos en mano de obra y de inyección de dinamismo al sector real de la economía, generó moderado optimismo entre los gremios y las esferas gubernamentales las proyecciones que hizo Camacol respecto a las metas de crecimiento de la actividad edificadora para 2017. Según los cálculos, se crecería un 4,4%, es decir por encima del 2,5 o 3 por ciento que tiene calculado el Banco de la República y el propio Gobierno para el PIB general del próximo año. De acuerdo con el gremio constructor, los sectores más dinámicos serían los segmentos de vivienda de interés prioritario (VIP) y la segunda fase del programa de vivienda gratuita, que arrancó esta semana en La Guajira.
La tributaria en el ojo del huracán
Sin embargo, y ahí viene el pero, todas esas proyecciones podrían truncarse en caso de que el Congreso y el Gobierno hagan caso a las alertas que ha lanzado el sector de la construcción de vivienda y el propio vicepresidente Germán Vargas Lleras en torno al impacto que tendrían sobre este nicho productivo algunos artículos de la reforma tributaria estructural que se viene discutiendo en el Legislativo. No hay que olvidar que Vargas generó un revuelo político semanas atrás cuando, incluso, llegó a pedir a la gente que saliera a marchar para que no se eliminara, como lo plantea la reforma, la exención de renta a programas de Vivienda de Interés Social. Aunque el presidente Santos recalcó que todas las polémicas entre altos funcionarios sobre el tema tributario debían darse al interior del Gobierno y no públicamente, lo cierto es que se acordó que el asunto se revisaría con los ponentes del proyecto en las comisiones económicas conjuntas de Senado y Cámara. Hasta ayer, como no se había revelado la ponencia mayoritaria de la reforma, no se sabía si se corrigió esa situación.
Una apuesta realista, pero baja
Lo cierto es que apostar por un crecimiento del 4,4% puede ser positivo si la meta de crecimiento del PIB general para 2017 no va más allá del 3% (para 2016 la proyección es apenas de 2% después de haber crecido el tercer trimestre un magro 1,2%), pero frente a cómo venía desempeñándose el sector en los últimos años es una aspiración baja. La propia presidente de Camacol, Sandra Forero, admite que se trata de una proyección de crecimiento en el sector edificador “moderado”, pero favorable ante un contexto económico que ha tenido una recuperación lenta y un panorama de corto plazo en el que persisten riesgos de desaceleración. Según el gremio, citando cifras oficiales, el sector viene de registrar tasas de crecimiento promedio de 7,5% en los últimos años, y las cifras al tercer trimestre de 2016 registran una variación acumulada de 8,1%. No obstante, “los retos del 2016 en materia de tasas de interés, inflación, y otros factores como el ciclo de gobierno a nivel municipal marcaron un entorno de menor confianza en la inversión de los hogares en vivienda y dificultades en el licenciamiento de proyectos, factores que impactarán en el valor agregado del sector para el próximo año”.
Vuelve y juega la tributaria
Precisamente por eso la presidenta de Camacol advierte que para el 2017 “pese a que no se descarta la superación gradual de algunos riesgos a lo largo del próximo año que conduzcan al país a un crecimiento económico levemente superior al de 2016, a nivel sectorial, el desempeño de la actividad edificadora tiene una fuente importante de su dinámica en la vivienda social, segmento que dependerá de forma definitiva de que se establezca un marco tributario coherente con las metas de política de vivienda y acorde con las expectativas de las empresas en su ejecución. De lo contrario el sesgo a la baja de esta proyección es inminente”. En otras palabras, que mucho depende de cómo le vaya a la construcción en la reforma tributaria. La ponencia marcará el rumbo.