Un congresista conservador llamaba la atención el viernes pasado sobre lo de “malas” que es la colectividad. Recordó que la convención partidista se había aplazado hace dos meses porque no se quería que las coyunturas del proceso de paz con las Farc le quitaran escenario político y eco mediático al cónclave azul. Sin embargo, cuando se fijó para hoy la fecha de la Convención nadie preveía que apenas tres días antes se iba a terminar firmando, en Bogotá, el nuevo y definitivo acuerdo de paz y que, como es apenas obvio, esa noticia va eclipsar todo lo que pase en la reunión de los conservadores, que si bien tiene como principal objetivo elegir miembros no congresistas del Directorio, también debe fijar línea política sobre distintas coyunturas.
¿Un ministerio más para los azules?
Y hablando de los conservadores, en los pasillos del Congreso se insiste en que el Gobierno estaría pensando en darles un nuevo ministerio, como una especie de cuota de compensación por la pérdida de la Procuraduría. Según trascendió, la Casa de Nariño es consciente de la molestia azul por el tema del Ministerio Público y sabe que tiene que neutralizarse una posible rebelión conservadora en momentos en que empieza la implementación normativa del acuerdo de paz con las Farc.
Nuevos estadios no son el mejor negocio
Un reconocido empresario del fútbol suramericano fue consultado por un grupo de inversionistas colombianos en torno al nivel de rentabilidad que puede tener construir un segundo estadio en ciudades como Bogotá y Medellín, que estadísticamente continúan a la cabeza de la mayor asistencia de aficionados a los partidos. Para sorpresa de muchos, el empresario en cuestión respondió que la experiencia vivida en algunos países latinoamericanos es que tener estadio propio resultó rentable para muchos equipos las décadas pasadas, pero ahora no es tan buena inversión porque el capital requerido es muy alto y la tasa de retorno muy lenta, a menos que el escenario se alquile para conciertos y otros actos masivos constantemente, con los riesgos que ello implica para la gramilla y el escenario.
La carrera por las metas ministeriales para 2018
En diciembre varios ministros tienen pensado hacer su respetiva rendición de cuentas. Para varios de ellos, se especula sería su último informe de gestión, de allí que quieran entregar el balance más completo posible. A ello se suma que el presidente Santos les ha insistido en que no olviden el compromiso que cada una de sus carteras hizo en 2015 respecto a la principal meta o proyecto que debían tener finiquitado para 2018. Se sabe que varios ministerios consideran que van a cumplir en esta materia, mientras que otros se quejan de que los recortes presupuestales los han afectado sustancialmente y esa meta para el 2018 está embolatada.
Las apuestas por el PIB para 2016
Tras el dato de 1,2% de crecimiento en el tercer trimestre de este año, en el Gobierno apuestan a ojo cerrado que el crecimiento económico de este año no será menor de al 2 por ciento del PIB. Basan su optimismo en los últimos indicadores macro y micro de distintos sectores. Sin embargo para otras entidades es muy riesgosa la postura gubernamental, sobre todo porque la industria y la construcción no están rindiendo lo que se esperaba, pese a algunos repuntes. Así las cosas, cada vez es más difícil que Colombia continúe en la parte alta de la tabla de crecimiento a nivel suramericano, que paradójicamente ha sido una de las banderas del Gobierno para tratar de defender su política económica en medio de la desaceleración global y la crisis de las rentas petroleras.