Hubo sorpresa en el Congreso por los pronunciamientos del presidente Santos ante el Parlamento Británico en los que insistió en que el No ganó el plebiscito no sólo por una escasa ventaja, sino porque hizo la campaña con base en mentiras y desinformación. Un senador de La U le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO, no sin antes pedir la reserva de su nombre, que las palabras del mandatario fueron un “descache” similar al que cometió cuando puso en duda, en el segundo semestre de 2013, la existencia del paro agrario. Según el congresista, el problema no es si lo dicho por Santos es verdad o no, ya que después de lo declarado por el jefe de la campaña del No, el uribista Juan Carlos Vélez, la mayoría de los del Sí están en la misma línea del Jefe de Estado. El problema, recalcó el parlamentario, es que decirlo públicamente y ante una instancia internacional no fue “políticamente correcto”.
4 claves para la popularidad presidencial
¿En cuánto terminará la popularidad del Presidente Santos este año? Esa es la pregunta que se están haciendo varios analistas y encuestadores, para los cuales esa previsión requiere analizar antes cuatro temas claves. En primer lugar, lo que finalmente se termine aprobando de la reforma tributaria estructural que presentó el Gobierno al Congreso y que en muchos aspectos afecta, directa o indirectamente, al grueso de la clase media y baja. El segundo elemento fundamental se refiere a cómo se termine de desenvolver la crisis del proceso de paz con las Farc y el arranque de la negociación con el Eln que son, sin duda alguna, los principales hechos políticos del momento.
Reajuste salarial, otro tema fundamental
En tercer lugar se encuentra el porcentaje de reajuste salarial que finalmente termine decretando en el Gobierno a finales de diciembre, ya que todo hace indicar que la posibilidad de un acuerdo en la Mesa de Concertación Salarial será muy complicada, pues los sindicatos arrancarán con propuestas de aumento de entre el 10 y el 11 por ciento, mientras que los empresarios apostarían por ofrecer un 6,5 o 7 por ciento como máximo. En cuarto lugar debe contabilizarse en impacto que tengan la opinión pública coyunturas como posibles paros laborales, acciones de gobierno, escándalos judiciales, problemas sociales y otros.
Ojo con ‘torre de babel’ en mesa con Eln
Un ex comisionado de Paz tiene dudas sobre la funcionalidad de la delegación negociadora del Gobierno en el proceso de paz con el Eln. Según se lo comentó a varios periodistas, tener a 16 integrantes en el equipo oficial no es nada práctico, de un lado porque hay muchos altos funcionarios que no podrán dedicarse exclusivamente a la Mesa y, de otro, porque las posturas oficiales requerirían de un largo debate interno en la delegación y se corre el riesgo de que todo termine convertido en una “torre de babel”. Al preguntarle cómo podría evitarse este riesgo, dijo que debería copiarse a la mecánica de La Habana o incluso de la negociación del TLC con Estados Unidos, en donde el equipo de negociación gubernamental no era mayor a seis o siete personas en la Mesa y el resto de la delegación actuaba en una especie de “cuarto de al lado”.