El año pasado, cuando el presidente Santos le entregó un cheque simbólico para el Metro de Bogotá al entonces alcalde, Gustavo Petro, hubo muchas críticas de sectores que consideraban que el Gobierno se había equivocado al darle semejante ‘papayazo’ político a un mandatario tan cuestionado y opositor. El Ejecutivo hizo eco a esos señalamientos y pareció apuntar a que en adelante todo lo relativo a este sistema de transporte masivo se concretaría con la próxima administración distrital. Incluso, el 26 de octubre, informaba, ya con Enrique Peñalosa como alcalde electo, que el Confis había aprobado recursos por 9,65 billones de pesos para la construcción e implementación de la primera línea.
¿Doce meses después cómo va el proceso?
Según lo informó días atrás el propio presidente Santos está por concretarse en estos días el documento Conpes que garantizará el 70% de financiación del Metro, de forma que el contrato de construcción quede listo el próximo año, las obras comiencen en 2018 y arranque a funcionar en 2022. También está definido ya que será un metro elevado, que no sólo resulta más barato y rápido de construir, sino que podrá transportar más pasajeros y facilitará una mayor integración con los demás sistemas de transporte masivo, como las fases adicionales de Transmilenio y el Tren de Cercanías o Regiotram. Igualmente funcionará ciento por ciento con electricidad. Se planea, asimismo, iniciar la adquisición de predios con los recursos ya reservados del cupo de endeudamiento, en tanto avanza la estructuración técnica, legal y financiera cuyo producto final serán los pliegos de licitación. También se pondrá en marcha un programa de reubicación anticipada de redes de servicios públicos.
Caminos distintos de Peñalosa y Petro
Y hablando de los comicios en Bogotá y lo que pasó en el último año, ha cambiado mucho la suerte de Petro y los que compitieron para sucederlo. Peñalosa, fiel a su estilo gerencial, se ha dedicado a implementar su proyecto de ciudad, y aunque ha dado varios resultados positivos y la ciudad recuperó la estabilidad institucional perdida durante los mandatos de Moreno y Petro, su imagen y favorabilidad no repuntan en la misma proporción. Petro, por el contrario, hace un año era uno de los alcaldes con peor imagen, pero ha logrado recuperarse e incluso hoy figura en el top 5 de las encuestas sobre preferencias presidenciales para 2018, algo impensado doce meses atrás.
López, Pardo y Santos, caminos distintos
En cuanto a los otros candidatos la suerte también parece haberles sonreído. Clara López, del Polo, terminó entrando en el gabinete, como titular de Trabajo, en mayo pasado, dentro de la ampliación de la coalición política que respalda al proceso de paz. Rafael Pardo, que había salido precisamente de esa cartera a comienzos de 2015 para lanzarse a la Alcaldía, volvió al Gobierno, esta vez como Consejero Presidencial para el Posconflicto, luego de que ese despacho perdiera el estatus de ministerio-consejero. Y Francisco Santos, que perdió terreno en el uribismo tras su fallida candidatura a la Alcaldía, retomó fuerza política recientemente luego de ser el único en ese partido que apostó públicamente por un triunfo del No e incluso esta semana protagonizó un pulso con varios líderes del Centro Democrático en torno a las correcciones al acuerdo de paz con las Farc.