El 30 de noviembre sería la fecha que algunos de los líderes del Sí en la votación del plebiscito le han sugerido al presidente Santos que sea fijada como fecha límite para que se alcance un consenso con los promotores del No con miras a ajustar el acuerdo de paz de La Habana. Aunque el Gobierno no es partidario de colocar una fecha fatal para esta ronda de diálogos, sí ha insistido por todos los medios posibles en que este proceso debe ser rápido porque “el tiempo es el mayor enemigo”, según lo dijera días atrás el propio Jefe de Estado. Sin embargo todo dependerá de la respuesta oficial que mañana, de manera oficial, dé la Casa de Nariño al pliego de modificaciones al pacto con las Farc que presentó el miércoles el uribismo y que fue calificado por algunas fuentes del Ejecutivo como “excesivamente general” pues se esperaba un listado de propuestas más puntuales y específicas sobre el articulado mismo del texto de las 297 páginas del acuerdo.
Tributaria: hay tiempo para aprobar, pero…
Uno de los más veteranos congresistas de la Comisión Tercera del Senado fue interrogado en torno a si el proyecto de reforma tributaria que será presentado a mediados este martes tiene posibilidad de ser aprobado antes del 16 de diciembre, cuando finaliza el primer tramo de esta legislatura. El parlamentario, que pidió la reserva de su nombre, respondió que contabilizando los lapsos que deben darse entre los debates en las comisiones económicas conjuntas, las respectivas plenarias y la conciliación, no hay problema para que un proyecto sea evacuado en esos dos meses. Pero, agregó, “todo depende” de cuál sea el alcance de la reforma, la capacidad de lograr consensos políticos y el grado de maniobra que tenga el Gobierno en esta coyuntura política, en referencia a la crisis del proceso de paz.
¿Cuántas coaliciones en la izquierda?
En el Polo hay opiniones distintas sobre lo que puede significar la activación política de la exsenadora Piedad Córdoba, luego de que el Consejo de Estado anulara los fallos de la Procuraduría que la habían inhabilitado para postularse a cargos de elección de popular. Para algunos dirigentes de las toldas amarillas, Córdoba podría ser una pieza más dentro del plan de algunos sectores de izquierda para crear una gran coalición que defina las reglas del juego, entre sus distintos precandidatos, para proyectar un aspirante único a la Casa de Nariño en 2018. Pero para otro sector, el efecto Córdoba será el contrario, es decir que ella entrará a ser una isla más dentro del ‘archipiélago’ político en que esta atomizada la izquierda colombiana, con corrientes radicales, moderadas y algunas muy cercanas al centro de espectro político.
No involucrar al fútbol en polarización
Un grupo de dirigentes del fútbol profesional está evaluando la posibilidad de emitir un pronunciamiento público mediante el cual pedirían a todos los sectores políticos que no presionen a ningún jugador ni lo utilicen dentro de sus respectivas campañas a favor o en contra del proceso de paz, para evitar así que el balompié y, sobre todo, el fervor por la selección Colombia se contamine con el clima polarización que existe en el país, pese a que la tricolor es una de las pocas circunstancias que unen a la mayoría de los colombianos.