En los corrillos políticos el tema de fin de semana y de inicio de la presente fue el relevo en la Procuraduría. Uno de los debates más interesantes se dio en torno a cuál sería el escenario de las coaliciones que se presentaría en el Senado. Las hipótesis fueron dos al respecto. La primera, que habría dos grandes bloques: La U y los liberales por un lado, y uribismo-conservadores por el otro. Como es apenas obvio, ninguno de esos dos bloques alcanza a tener la mayoría en la plenaria del Senado para imponer al nuevo jefe o jefa del Ministerio Público. Entonces, sería necesario acudir a un tercer aliado o aliados en cada bloque para poder llegar al número mágico de los 51 escaños.
¿Cambio Radical sería el fiel de la balanza?
Así las cosas, entonces, más allá de los partidos pequeños como Opción Ciudadana, el Polo o la Alianza Verde, el fiel de la balanza principal entraría a ser la bancada de Cambio Radical en la cámara alta. Sin embargo -allí la segunda hipótesis- no se sabe para dónde se inclinará el partido del hoy vicepresidente Germán Vargas Lleras. Algunos analistas consideran que el segundo a bordo, que está a pocos meses de renunciar, podría votar en bloque con la coalición de La U y los liberales, siempre y cuando se le respete a esa colectividad la sucesión en la Vicepresidencia de la República. Pero otros sostienen que Cambio se vería más cómodo en la coalición uribismo-conservadores, porque liberales y la U no han hecho nada distinto en los últimos dos años que atravesarse a todo lo que sea vargasllerismo. Se afirma, además, que ya todo acto de elección en el Congreso está enmarcado dentro de la tempranera contienda presidencial y que allí no se ve a Cambio votando junto a La U y los liberales, que apuntan a ser sus principales rivales por la Casa de Nariño.
¿Se moverá Santos en esta elección?
Ese era otro de los temas de discusión en los mentideros políticos y de nuevo no hubo mayor consenso. Por ejemplo, para algunos congresistas si hay algo que debe hacer un Presidente saliente es asegurarse de que los titulares de los entes de control no sean enemigos políticos suyos, pues una vez deje el poder le empezarán a esculcar en todas partes para “empapelarlo”. Aquí es claro que el proceso de paz con las Farc y el acuerdo con las mismas, podría ser el principal flanco a indagar. Pero otros parlamentarios son de la tesis de que Santos sabe que la escogencia de nuevo Procurador o Procuradora es un ‘campo minado’ en materia política y que consciente de que no le conviene tomar partido en un pulso en el que podría perder mucho, entonces optaría por ternar a un conservadora o conservadora y dejar que sean los partidos los que, a voto limpio, y sin ningún tipo de guiño de la Casa de Nariño, midan fuerzas y definan al sucesor del saliente Alejandro Ordóñez.