Renuncia cantada
La salida de Juan Pablo Uribe del Ministerio de Salud era un secreto a voces desde hace varias semanas. En los corrillos palaciegos era claro que el saliente alto funcionario había acordado con el presidente Iván Duque que no estaría en el cargo más allá de año y medio, plazo que, precisamente, se cumplió el pasado 7 de diciembre. En las toldas del Centro Democrático se decía, incluso, que Uribe solo estaría un año en la cartera pero que la Casa de Nariño le pidió que se quedara otro semestre para iniciar la implementación del mecanismo de “punto final” que se aprobó en el Plan Nacional de Desarrollo como salvavidas al sector salud, ya que permitió no solo clarificar deudas entre los distintos actores del sistema, sino la inyección de más de $1 billón. Otro tema clave era el relativo al factor de calidad, del cual Uribe es un firme impulsor, como lo evidencia la ley que le dio más ‘dientes’ a la facultad sancionatoria de la Superintendencia de Salud.
Queja sobre la JEP
Un experimentado mando militar, que salió del servicio activo hace tres años, le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que “asomaba” la que calificó como “nueva conjura” contra las Fuerzas Militares por cuenta de las investigaciones de la JEP alrededor de los casos de ‘falsos positivos’. “… Sorprende la diligencia de la JEP para avanzar sobre casos de presuntos asesinatos extrajudiciales cometidos, presuntamente, por personal aislado de la Fuerza Pública, una diligencia que contrasta con el poco avance que ha tenido el llamado caso 001 de la JEP, que investiga todos los secuestros cometidos por las Farc en más de seis décadas de accionar delincuencial… Con decirle, que varios de los cabecillas subversivos más responsables de los más de 5.000 plagios no contarán verdad alguna porque duraron más de dos años desmovilizados sin que pasara nada y ahora se reintegraron a las disidencias”, precisó el ex alto oficial.
‘Jurisdicción de culpables’
Recordó la misma fuente que “tal como está montada la JEP” a los militares investigados prácticamente les toca declararse culpables para poder acceder a los beneficios penales y de flexibilización en las penas privativas de la libertad que contempla la justicia transicional. “… Aquí hay oficiales y suboficiales condenados a 10, 15, 20 o más años… A la JEP se supone que debía acudirse para esclarecer la verdad, que en el caso de muchos de esos uniformados es que no cometieron ningún delito… Pero la JEP es una jurisdicción para culpables, así que les toca a los militares y policías, a cambio de no pasar el resto de sus vidas en la cárcel, declararse culpables de lo que no hicieron”, precisó el ex alto mando.
De Peñalosa a López
Un veterano exconcejal bogotano recordaba esta semana que la juventud del gabinete de entrada de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, solo comprobaba su cercanía en materia de “concepción de la acción política” con el saliente mandatario capitalino Enrique Peñalosa. “… Recuerdo muy bien ese primer gabinete de Peñalosa, la mayoría muy jóvenes, con poca experiencia en política y el servicio público, pero muy estudiados, incluyendo a la propia López… Hoy muchos de esos nombres ya pasaron incluso por ministerios, embajadas y hasta precandidaturas o candidaturas presidenciales o vicepresidenciales”, indicó el ex cabildante capitalino, agregando que “entonces como hoy” no se sabía si el nuevo gabinete iba a funcionar, pero al final salieron adelante en muchas políticas, programas y proyectos, con sus altas y sus bajas.