Como era de esperarse el régimen chavista no se iba a quedar callado ante la amplia acogida que tuvo el domingo y lunes pasados en Bogotá el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, quien se reunió con el presidente Iván Duque, el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo y participó en la Cumbre Ministerial Hemisférica Antiterrorismo, para luego partir hacia Londres, en donde dialogó con el primer ministro Boris Johnson y luego terminó en Davos (Suiza), en el marco del Foro Económico Mundial. Sin duda un regreso con mucha fuerza al concierto internacional luego de que a comienzos de enero el régimen chavista acudiera a una burda maniobra (condenada a nivel internacional) para tratar de impedir que Guaidó fuera reelegido como presidente de la Asamblea Nacional y, por ende, que continuara, en calidad de tal, como mandatario interino de Venezuela, según lo reconocen más de medio centenar de países.
Maduro muy molesto
Frente a lo que pasó en Bogotá, el cuestionado presidente Nicolás Maduro Moros calificó como “indignante” el comportamiento de algunos políticos de la que calificó como “ultra derecha venezolana que se arrodillan ante la oligarquía bogotana”. Según el líder del régimen dictatorial “es la cosa más indignante que hay (…) políticos venezolanos que vayan a arrodillarse, a dejarse dominar y manipular por la oligarquía de Bogotá”, declaró. Para Maduro es claro que la alianza Trump-Duque persigue someter y esclavizar al pueblo venezolano mediante medidas coercitivas y ataques financieros. “Ese es el camino que nos ofrecen ellos, la esclavitud, el sometimiento (…) ¡No! ese no es camino para Venezuela, el camino nuestro es trabajo, invención, la creación de lo nuevo, la producción, el crecimiento y la búsqueda de la felicidad colectiva”, concluyó. Lo cierto es que este periplo de Guaidó tomó por sorpresa al Palacio de Miraflores que no esperaban que el dirigente opositor estuviera pensando en salir del país en estos momentos.
Campanazo de la prensa
De otro lado, varios gremios de comunicadores del continente han pedido hacer eco a la advertencia que hiciera la Junta Directiva Nacional del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela en torno a la amenaza de que “la oscuridad se extenderá por el año que está comenzando es mayor con el aparente anuncio de que la Asamblea Nacional Constituyente está preparando una nueva ley para regular el periodismo en Venezuela, ello a espaldas del gremio. La información, ofrecida a la prensa cubana por parte de la diputada Tania Díaz, se produce como una cínica reacción al ataque a los periodistas antes descrita que desde el gobierno achacaron a la oposición. Una ley de periodista preparado solo con comunicadores afines al gobierno sería una traición al espíritu libertario de nuestra profesión, que no debe someterse a directrices ideológicas, partidistas ni alineadas a regímenes autoritarios y antidemocráticos”.
Hasta los perros…
Por último, para terminar con el tema Venezuela y la dimensión de la crisis económica, tuvo eco esta semana una noticia de “La Prensa de Lara” según la cual hasta alimentar a un perro sale caro en el vecino país. Esto porque el precio de la comida procesada puede alcanzar los cuatro millones de bolívares, si se trata del saco de 18 kilos. Incluso uno de los productos más populares, denominado ‘Perrarina’ está escaseando de forma grave y los dueños de mascotas se las tienen que ingeniar para alimentarla. Frente a todo ello, las versiones periodísticas señalan que se ha optado por alimentar a perros, gatos y otros animales con sobras de la comida que consumen las personas. Las marcas más caras pueden valer 750 mil bolívares el saco de dos kilos, mientras que el de 18 kilos, que es el más grande, alcanza los 5 millones 200 mil bolívares.