En medio de las alertas que se están lanzando desde distintas ciudades por la escasez de ventiladores mecánicos para atender a los pacientes de Covid-19 que entran en etapa crítica, las cuentas del Gobierno nacional indican que antes de tres meses el país debe tener 6.228 de estos aparatos de soporte de respiración en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI). De hecho, la semana pasada se distribuyeron 92 ventiladores de los recién llegados en Cartagena, Tumaco, Buenaventura, Cali, Villavicencio y Quibdó, en donde es urgente reforzar la atención de alta complejidad por el aumento de casos críticos.
1.500 se negocian
No ha sido una tarea fácil poder comprar los ventiladores, no tanto por la forma en que han aumentado los precios internacionales desde que comenzó la pandemia, sino principalmente porque las fechas de entrega son cada día más demoradas. De hecho hay en estos momentos 190 países con peticiones urgentes de estos aparatos. La aspiración del Ejecutivo colombiano es que este mes lleguen otros 1.026 ventiladores, en julio 2.641, en agosto 587 y en septiembre 60 adicionales. A ello se suma que se está negociando la compra de 1.500 más.
21 prototipos
¿Y los ventiladores nacionales que han venido desarrollando varias universidades, empresas y centros de investigación biomédica? La respuesta la dio el propio presidente Duque en torno a que el Ministerio de Salud expidió una resolución sobre 21 iniciativas de ventiladores de prototipo producidos en el país, que “no han entrado a su experimentación con personas, pero en la medida en que vayamos dando esos pasos, también serán otra herramienta a disposición”.
Invima acelera
Algunos de esos prototipos están más avanzados que otros. Al frente se encuentran los de las universidades de la Sabana y la de Antioquia. Ya varios radicaron ante el Invima las respectivas solicitudes para su evaluación y aprobación. Aunque hay urgencia de esos vistos buenos, se trata de un proceso de bioseguridad complejo. De hecho, improvisar en un asunto tan delicado podría generarle a la Nación demandas millonarias por parte de cualquier afectado. Sin el aval del Invima, que continúa haciendo las pruebas, no se puede pasar a la etapa de producción masiva.
Fake news
Días atrás circularon versiones en torno a que estos ventiladores podrían ser habilitados en etapa de experimentación para ser utilizados en clínicas y hospitales, si el paciente o los familiares del mismo firmaban el respectivo consentimiento, asumiendo la responsabilidad de los riesgos. Sin embargo, una alta fuente médica desmintió el rumor, indicando que “… eso es falso, no se puede descargar en personas que no tienen el conocimiento médico esa clase de decisiones…”. La misma fuente indicó que el Invima trabaja a marchas forzadas en la evaluación de los prototipos y no puede arriesgar la salud pública.