Sin temor
Un periodista le preguntó a un congresista de La U qué pasaría si en la próxima asamblea de ese partido no se avanza sobre la petición de escisión que hicieron varios parlamentarios que quieren montar toldo aparte. La respuesta fue que si esa posibilidad no se logra concretar en la asamblea del 7 de noviembre “no hay que sentir temor” de que esos senadores y representantes terminen renunciando a sus curules en los próximos meses para no inhabilitarse y poder cambiar de partido. Dijo que la situación es distinta a lo que pasa en el Polo, en donde si el MOIR de Jorge Enrique Robledo se va, al partido se le complicaría alcanzar por sí solo el umbral electoral en los comicios de marzo de 2022. Muy distinto sería en La U, colectividad que en las elecciones de 2018 logró más de 1,8 millones de votos a Senado (14 curules), razón por la cual así se fuera la mitad de la bancada, le quedaría potencial electoral suficiente para superar el umbral mínimo en 2022.
¿Por ley?
Un dirigente indígena dijo que la solución a los incumplimientos de los gobiernos a los sucesivos acuerdos con las comunidades étnicas sería muy sencilla: que el Congreso, con el aval de la Casa de Nariño, se comprometiera a elevar a ley todo el pacto que se haga con los resguardos, de forma tal que la implementación no quede a discreción de los ministros y gobiernos de turno, sino que sea un mandato legal. Lo cierto es que las investigaciones que se han realizado sobre qué tanto se ha cumplido de los acuerdos firmados en las últimas dos décadas con los indígenas y la “mingas”, evidencian que una parte importante de los compromisos quedaron pendientes y se sumaron a los pactos posteriores.
Chavismo vs. España (I)
Las polémicas entre el chavismo y España son de vieja data. Aún se recuerda aquel episodio, de noviembre de 2007, cuando en una cumbre de jefes de Estado iberoamericanos, en Chile, el entonces rey Juan Carlos I le espetó un “¿Por qué no te callas?” al presidente venezolano Hugo Chávez, quien estaba criticando duramente al ex jefe de gobierno ibérico, José María Aznar. Desde entonces, una vez Nicolás Maduro llegó al poder, en 2013, las relaciones entre Madrid y Caracas se han venido deteriorando más y más, tanto en los gobiernos de Zapatero (PSOE) y Rajoy (PP) como ahora con el propio Pedro Sánchez (PSOE), al punto que España ha estado al frente del impulso de sanciones más drásticas de la Unión Europea a la dictadura chavista. Si bien es cierto que el expresidente español Felipe González trató de mediar entre el régimen y la oposición venezolana, no logró mayores avances dada la polarización de las partes.
Chavismo vs. España (II)
Una prueba de cómo se mantiene ese distanciamiento son, precisamente, las duras críticas de esta semana de Maduro, con ocasión de la celebración del llamado “Día de la raza”, por el descubrimiento del continente americano el 12 de octubre de 1492. Al conmemorar lo que llamó “528 años de la Resistencia Indígena”, el jefe del régimen dictatorial hizo un llamado al rey Felipe VI para que reflexionara, como hombre del siglo XXI, e hiciera una rectificación histórica al pedir perdón a madres, padres, hijos, nietos de más de 80 millones de hombres y mujeres de pueblos indígenas quienes fueron arrasados durante tres siglos por el colonialismo español. "No es el día de la raza, no es el día de la hispanidad, no es el día del encuentro de culturas…", dijo.