¿Vice?
La curva epidemiológica del Covid-19 en Colombia tiene múltiples interpretaciones. Para algunos expertos, el manejo dado por las autoridades a la crisis sanitaria ha sido adecuado pero otros consideran que Colombia está en la parte alta del listado de contagios y muertes. Lo cierto es que el ministro de Salud, Fernando Ruiz, se ha confirmado en muchas encuestas y sondeos como el titular de cartera más eficiente del gobierno Duque. Hasta ahí no hay nada nuevo, salvo por lo dicho por un congresista uribista al que le consultaron días atrás a quién veía como un eventual reemplazo de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, que debería renunciar antes de marzo próximo para no inhabilitarse para la contienda de 2022 por la Casa de Nariño. “… La crisis va para largo y Ruiz es el ministro más efectivo, creíble y necesario en la difícil coyuntura… Yo lo consideraría”.
No tan duro
Ya faltan siete semanas para que los actuales gobernadores y alcaldes cumplan su primer año en el cargo. Sin duda se trata de los doce meses más complicados para mandatarios departamentales y municipales en las últimas décadas. Por lo mismo, los balances de gestión no serán muy profundos, ya que gran parte de los planes y promesas que se hicieron en campaña no se han podido cumplir debido a que la prioridad ha sido atender la pandemia y su duro coletazo socioeconómico. Y, de paso, también es claro que los cortes de cuenta a los alcaldes y gobernadores por parte de sus opositores y de los rivales a los que derrotaron en las urnas en octubre de 2019 no será tan drásticos como se pensaba meses atrás.
Tapabocas e infieles (I)
La pandemia ha dado para múltiples investigaciones, muchas muy profundas sobre temas sanitarios e impacto socioeconómico de la crisis sanitaria, y otras sobre aspectos un poco menos trascendentales pero con mucho eco. Un ejemplo de esto último es, precisamente, el último estudio realizado en Colombia entre más de 3.000 usuarios de Gleeden, un sitio web de encuentros “extramatrimoniales”. Según se indicó, desde el inicio de la pandemia son muchas las normas que se han impuesto para intentar frenar la propagación del virus, siendo la más extendida el uso obligatorio del tapabocas en espacios públicos o en lugares cerrados con poca ventilación. Hasta ahí no hay nada nuevo. Pero el estudio encontró que, además de brindar protección contra la propagación del covid-19, usar un tapabocas también ofrece la posibilidad de caminar por la calle sin ser reconocido y esa circunstancia favorece a los infieles.
Tapabocas e infieles (II)
La investigación se basa, incluso, en un estudio reciente del Centro de Investigación de la Visión de la Universidad de York en Toronto publicado por el New York Times, según el cual el uso de tapabocas dificulta enormemente la capacidad de reconocer rostros y, a veces, incluso hace que sea imposible identificarlos. Hasta para los más fisonomistas, este pequeño trozo de tela que camufla la mitad del rostro es suficiente para confundirlos. Volviendo a Colombia, el estudio reveló que el 72% de los infieles admite que el uso obligatorio de tapabocas permite la discreción en los encuentros románticos furtivos. Es más, la encuesta realizada por Gleeden reveló que el 77% de los infieles colombianos consultados admitió que protegerse del covid-19 con un tapabocas facilitaba sus citas extramatrimoniales. El 57% cree que ahora es más fácil encontrarse con su amante en un lugar público. El 51% incluso se atreve a tener una cita cerca de su lugar de trabajo y el 32% cerca de casa. Es más, el 34% de los encuestados admite que le gustaría que el uso obligatorio del tapabocas se extienda hasta el próximo año.